Aunque volverá a figurar en las listas de ERC como número dos por Barcelona, Joan Tardá no tiene asegurado repetir como diputado dadas las malas perspectivas electorales que las encuestas dibujan para los independentistas. Si finalmente no renueva su acta de parlamentario, el Congreso correrá menos riesgo de escuchar insultos y salidas de tono como los que ha protagonizado el parlamentario republicano desde 2004. La última este jueves, cuando ha aprovechado su intervención para pedir la libertad del ex portavoz de Batasuna-ETA Arnaldo Otegi, condenado a diez años de cárcel por el caso Bateragune. Una salida de tono que tiene muchos antecededentes, alguno de los cuales se recoge a continuación.
Enero de 2008. En una comparecencia en la Diputación Permanente, Tardá comparaba a la cadena COPE, entonces muy crítica con el nacionalismo catalán, con la radio ruandesa de las Mil Colinas, que instó al genocidio de los hutus sobre los tutsis en los años noventa. En la misma comparecencia, acusaba a Manuel Fraga de tener las manos "manchadas de sangre" lo que provocó la respuesta del entonces portavoz del PP Eduardo Zaplana.
Abril de 2009. Durante una intervención en la tribuna de oradores, Joan Tardá arremetía contra Federico Jiménez Losantos, Pedro J. Ramírez y el ABC. Sin embargo, el presidente del Congreso, José Bono, únicamente le interrumpió cuando se refirió, dirigiéndose a la bancada popular, al "fantasma de Aznar".
Abril de 2011. Coincidiendo con el ochenta aniversario de la proclamación de la II República, Joan Tardá daba rienda suelta en el Congreso a su fervor republicano.