Mismo escenario, pero un contexto totalmente diferente. Era la última intervención de Zapatero en el Senado y se notó. El PP dejó a un lado su función de oposición para dedicarle al presidente del Gobierno elogios y cariñosas palabras de despedida.
Pío García-Escudero ha justificado su dureza como parte de la "dialéctica parlamentaria" y ha optado por subrayar que en esos rifirrafes ambos hacían lo mismo, defender aquello en lo que creen. Incluso ha finalizado expresándole su "respeto" político y personal y deseándole "todo lo mejor" en lo personal y "familiar", y que "en el futuro pueda conseguir todo aquello que se proponga".
El popular le ha reconocido también su costumbre de comparecer en sesión de control en el Senado una vez al mes, que a su juicio ha sido "muy beneficiosa" para la Cámara convirtiéndola en protagonista de la actualidad política.
Zapatero se lo ha agradecido, pero ha ironizando con que esta práctica con la que él ha querido dar "relieve" al Senado también ha tenido su importancia para el propio García-Escudero, que le ha interpelado mensualmente desde 2008.
El jefe del Ejecutivo le ha correspondido con "respeto" y "aprecio" – "para ser coherente con mi talante", ha puntualizado –, aunque ha dejado claro que sólo podía desearle lo mejor en el terreno personal, no en el político.
En la última comparecencia del presidente en el Senado, García-Escudero ha lamentado que las intenciones que Zapatero declaró en 2004 de "revitalizar" la Cámara no se hayan cumplido plenamente y, en especial, que no se haya llevado a cabo la reforma del Senado mediante una reforma de la Constitución.
En este punto, ha afeado al Ejecutivo de Zapatero que no iniciase los trabajos en el propio Senado, sino pidiendo un informe al Consejo de Estado, y que después no hiciese nada más. No obstante, ha reconocido que el "clima político" de entonces, sobre todo en política autonómica, no era el "mejor" para abordar la reforma.
Ambos han estado de acuerdo también en impulsar la conferencia de presidentes, que sólo se ha reunido una vez en esta legislatura, pero Zapatero ha avisado de que para que sea útil todos los partidos tienen que "aprender la lección" y no convertir la institución en un "foro de carácter político partidario".