Rubalcaba se reunió de forma clandestina con dirigentes de Batasuna en 1998, durante una de las treguas trampa de los terroristas en época de Aznar. Su objetivo era negociar el fin de ETA.
El ahora candidato socialista se desplazó en 1998 a Navarra, en plena tregua trampa de la banda terrorista ETA. Con él iban los socialistas Enrique Curiel y José Luis Úriz, en un Ford Escort que llegó a realizar varias maniobras de distracción para evitar posibles seguimientos. Tal y como informa La Gaceta, era uno de los viajes políticos más confidenciales de su carrera.
Su destino era Leiza, para encontrarse con cuatro dirigentes de Batasuna: Patxi Zabaleta, Santiago Kiroga, Joseba Pernach y Pernando Barrena. El tema de la conversación, que tuvo lugar durante una comida casera en el hogar de Zabaleta, fue cómo debía abordarse el fin del terrorismo de ETA. En esa época, Rubalcaba era interlocutor del PSOE con el Gobierno de Aznar en materia de terrorismo.
Durante el encuentro, se desplegó un dispositivo de seguridad formado por miembros del entorno proetarra de la localidad. Uno en cada esquina para velar por el secretismo de la reunión.
Es tan sólo uno de los episodios del libro Los mil secretos de Rubalcaba, de Alberto Lardiés y Daniel Forcada, que la editorial Ciudadela tiene previsto lanzar el próximo 21 de septiembre, informa La Gaceta.
Pocos días después del anuncio de la tregua trampa, Rubalcaba se apresuró a pedir un encuentro con los batasunos. Concertaron la cita en la ciudad natal de Zabaleta, Leiza. Rubalcaba y Curiel viajaron juntos desde Marid hasta el aeropuerto de Noáin, ubicado a pocos kilómetros de Pamplona. Úriz les recogió allí con su Ford Escort blanco. Se dio así el paradójico caso de un diputado intentando no ser visto por las Fuerzas de Seguridad que años después dirigiría como ministro del Interior, señala el diario.
El Faisán, Rubalcaba y El País
Precisamente, el candidato socialista ofrece este domingo una extensa entrevista al diario El País. De las seis páginas que el diario de Prisa dedica al candidato, llama la atención que sólo dedique dos preguntas al caso Faisán.
En la primera, se limita a preguntar por su versión de los hechos. "Todo el mundo sabe que fue Francia la que paralizó, porque los papeles no llegaron" y "yo me remito a esa investigación", aclara Rubalcaba.
En la segunda pregunta, donde le interrogan sobre Víctor García Hidalgo, dice el candidato que hay que respetar la presunción de inocencia del entonces director de la Policía.