El Gobierno central y vasco se han quitado la careta después de que algunas voces en sus filas -pocas- apostaran por ser más beligerantes contra Bildu. Sus gestos hacia el mundo proetarra coinciden, además, con las filtraciones -interesadas, según las víctimas- de que la banda podría dejar las armas antes de la próxima Semana Santa.
El primero fue el vicepresidente Manuel Chaves, que descartó presentar una moción de censura contra Martín Garitano, diputado general de Guipúzcoa: "Lanzar un brindis al sol sin fundamento alguno, cuando no hay probabilidad de establecer mociones de censura, lo único que hace es provocar una sensación de victimismo hacia Bildu", espetó.
Tras él ha venido el consejero de Interior del Gobierno vasco, Rodolfor Ares, para quien "no hay razones aún" para activar un proceso judicial de ilegalización "que es complicado". En una entrevista en El Correo, también se refiere a Sortu, para decir que "lo principal es que ETA desaparezca" y cuando lo haga "algunas cosas se podrán abordar dentro de la legalidad".
El Partido Popular considera que ya existen los motivos suficientes para iniciar un proceso de ilegalización contra Bildu, formación que consideran el brazo político de ETA. También rechazan que Sortu pueda ser legalizado. Los populares han instado al Gobierno a que tome las medidas oportunas para que las marcas de la banda terrorista no puedan concurrir a las elecciones generales del próximo veinte de noviembre.