El PSOE y el PP apuran las últimas horas para pactar una propuesta de reforma constitucional que establezca una disciplina fiscal, pero que no incluirá ningún tope de déficit. Esto significa que se habría impuesto la propuesta efectuada por el candidato socialista a la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, que habría sido aceptada por el Partido Popular.
El plazo para presentar una proposición de ley conjunta expira este viernes, cuando cierre el registro del Congreso, para que haya tiempo de que se tramite por la vía de urgencia y en lectura única la próxima semana.
Tras las voces críticas surgidas en el PSOE por este tema, Rubalcaba decidió este miércoles tomar las riendas de la negociación con el PP y este jueves ha propuesto una fórmula para que en la reforma se hable de disciplina de gasto, pero sin incluir cifras de límite de déficit, que se fijarían en una ley orgánica posterior.
Fuentes del PP han reiterado a Efe su disposición para llegar a un entendimiento, "aunque sea sin incluir una cifra". Las mismas fuentes han recordado que quien había planteado una cifra para incluirla en la Carta Magna era el Gobierno, no el PP, por lo que han emplazado a Rubalcaba a ponerse de acuerdo con el Ejecutivo en este sentido. De hecho, el PP sostiene que las negociaciones las llevan directamente el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy.
Rubalcaba se impone
Fuentes de la dirección del PSOE indicaron a Efe que Alfredo Pérez Rubalcaba habría trasladado su propuesta al grupo socialista, que está en pleno debate de la reforma constitucional, y que ésta pasa porque no se incluya cifra alguna en el límite al déficit público.
La idea del candidato es que ese punto se desarrolle posteriormente en una ley orgánica. Así, Rubalcaba pretende asegurarse de que "la letra pequeña" de la reforma constitucional garantice una flexibilidad suficiente como para que el gobierno de turno tenga margen de maniobra ante hipotéticas situaciones de emergencia, en las que podría ser necesario, alega, no mantener un déficit cero.
La flexibilidad predicada por Rubalcaba llegaría al punto de que no figure cifra alguna, lo que deja en la práctica sin contenido al límite constitucional. A cambio, el candidato podría conseguir aplacar la rebelión interna desatada en el PSOE por la oposición de amplios sectores del partido a la medida.
El candidato también aspira a que esta reforma no se pacte sólo con el PP, sino que se amplíe al mayor número de fuerzas parlamentarias posibles, con CiU a la cabeza. Las negociaciones se están celebrando contrarreloj porque es necesario que el acuerdo esté listo en pocas horas para que pueda ser aprobado antes de las generales.