El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, ha reformado su despacho en la Cámara baja y el de su secretaria, ha levantado las alfombras del hemiciclo y va a redecorar el bar de los diputados, todo ello sin haber informado a la Mesa de la Cámara.
A falta de menos de un año para agotar la legislatura, Bono ha puesto patas arriba el Congreso de los Diputados, y así estará durante buena parte del mes de agosto. El todavía presidente de la Cámara baja dejará a su heredero un hemiciclo acondicionado y reformado, pero también un coste de obras -sufragado con fondos públicos- que, hasta el momento, se desconoce.
Desde las ocho de la mañana del jueves, un importante grupo de operarios conducidos por funcionarios de la casa fueron acondicionando las dependencias del Congreso. Bono pretende cambiar las telas de las paredes de su despacho y acuchillar el suelo, algo deteriorado. Según informa La Gaceta, el despacho de la secretaria del presidente del Congreso también será reformado por completo.
Además, Bono pretende terminar de reformar el bar del Congreso y retocará las nuevas tribunas para fotógrafos, que mandó construir hace sólo medio año, con mármol verde.
El Congreso también será reformado en sus exteriores, y se cambiarán buena parte de los ventanales del edificio conocido como Palacio. A ello, hay que sumar la culminación de unas obras para terminar de acondicionar los sótanos y las nuevas plazas de aparcamiento, que el Congreso estrenará en septiembre.
Las obras, que se iniciaron el jueves, no pasaron por la Mesa del Congreso y los distintos grupos parlamentarios no fueron informados. Además, a fecha de jueves, el Congreso no había informado de la adjudicación de ningún tipo de obra. Tan sólo figura, y pendiente aún de concurso, el capítulo que se corresponde con los nuevos ventanales, cuyo coste alcanza los 177.000 euros.