La trama de corrupción en Álava giraba en torno al ex número dos del PNV en la provincia, Alfredo de Miguel, que cobraba un 4 por ciento en comisiones tras adjudicar obras públicas a empresarios afines. De hecho, el informe realizado por la Ertzaintza afirma que los beneficiarios de estos contratos ingresaban este dinero en cuentas corrientes de una serie de empresas "pantalla" del dirigente nacionalista.
Los investigadores encontraron la prueba fundamental en el cuaderno incautado a otro de los imputados, Koldo Ochandiano, otro ex dirigente del PNV alavés. En el bloc aparecían dos anotaciones "Obra 4% Kataia".
Según El Mundo, Kataia Consulting es una mercantil con apenas actividad creada por De Miguel, Ochandiano y por otro miembro de la Ejecutiva del PNV en la provincia, Aitor Tellería, que además será juzgado por espiar a rivales políticos.
El conocido como "caso De Miguel" saltó a la luz en marzo de 2010 cuando la abogada y empresaria, Ainhoa Alberdi, denunció que De Miguel y Tellería la extorsionaron cuando se negó "a pasar por caja". Asegura que la red de extorsión le exigió una comisión de 100.000 euros por un contrato de 441.000 que percibió su empresa para la ampliación del parque tecnológico de Miñano.
El juez Roberto Ramos asegura que este no fue un caso aislado y que los exdirigentes del PNV se valieron de pequeñas empresas para crear esta trama y cobrar comisiones. Y es que los agentes consideran que la falsificación de facturas no ha sido la única fuente de financiación, sino que De Miguel también alquiló en varias ocasiones fincas rústicas de su propiedad a empresarios con los que mantenía relaciones comerciales, e hizo que un constructor le pagase en su nombre unas reformas particulares en su domicilio.
Además, también se ha descubierto que tres de las empresas de la trama obtuvieron adjudicaciones menores firmadas por el exdirector de Juventud del Gobierno de Ibarretxe por valor de 200.000 euros por unos trabajos que nunca realizaron.