La dirección nacional del PP presiona a Camps para que se declare culpable, pague la multa y así evitar el juicio. En Génova entienden que sería un "bochorno" que el presidente valenciano se sentase en el banquillo, y prefieren el oprobio de un presidente condenado.
Entre ellos, mudos los dos, no hablan. El interlocutor es Federico Trillo, que está intentado convencer a Camps y Ricardo Costa, para que se declaren culpables y paguen la multa. Para evitar el juicio es necesario que lo hagan los cuatro imputados. Los otros dos, Campos y Bertoret ya lo han hecho. Costa ha pedido al partido una compensación, que todavía no se ha concretado, aunque no parece que vaya a ser un escollo.
El PP está convencido que de esta forma se cerraría el caso Gürtel, porque no creen que la causa por financiación ilegal del PPCV tenga recorrido. En Génova entienden que hasta ahora el Gürtel no les ha hecho mucho daño y que, si evitan que Camps vaya al banquillo en plena campaña electoral, una vez pasado el verano el asunto estará olvidado. Además, no creen que Rubalcaba lo utilice demasiado, ya que ellos pueden contraatacar con el Faisán.
En caso de que Camps y Costa no cediesen, Rajoy se plantea cesarle como presidente del partido en Valencia y montar una gestora. Un escenario en el que Camps tendría muy difícil seguir en el cargo, sin el respaldo del partido.
Hasta ahora, Camps había salido vencedor en todos sus desafíos a la dirección nacional. Desde aquella cumbre con Rajoy celebrada en la provincia de Cuenca, a medio camino entre Madrid y Valencia, las relaciones han estado marcadas por la tensión y los pulsos constantes. Camps se había salido siempre con la suya, la última vez en la elaboración de las listas electorales. Pero su procesamiento y la apertura de juicio oral coloca a Camps en una situación de extrema debilidad, en la que apenas tiene otra salida que aceptar la propuesta de Génova.