Según fuentes de las más acreditada solvencia consultadas por Libertad Digital, la detención del senador Curbelo en la "sauna relax" de la calle General Perón, fue controvertida y repleta de frases, expresiones y actitudes esperpénticas.
Una mala noche la tiene cualquiera, debieron pensar cuando los efectos del alcohol dieron paso a la resaca, pero a juzgar por el testimonio al que ha tenido acceso Libertad Digital, la mala noche no fue otra cosa que el resultado de una sucesión de despropósitos del senador Curbelo, su hijo y un amigo de éste.
Fuentes conocedoras de lo sucedido aseguran a Libertad Digital que todo comenzó cuando el senador y otros dos chicos jóvenes –uno de ellos, su propio hijo- acudieron a una sauna del centro de Madrid con signos evidentes de haber ingerido grandes cantidades de alchol.
En el local comenzaron a discutir con uno de los clientes. La discusión subió de tono hasta tal punto que no sólo rompieron un cristal de la sala en la que estaban sino que no dejaron de insultar a las "señoritas" que "trabajan" en el mencionado establecimiento con frases como "yo me meo en las putas, yo no pago a las putas", según mantiene un camarero del citado local.
Debido al incidente, tanto Curbelo como sus acompañantes fueron expulsados de la sauna. Enfadados y profundamente borrachos, según las fuentes consultadas, fueron ellos mismos quienes requirieron la atención de unos agentes policiales que llegaban en ese momento para un cambio de guardia a una comisaría muy cercana a la sauna de la que los tres individuos citados habían sido expulsados.
El relato que las citadas fuentes ofrecen sobre el encuentro con los funcionarios policiales es más propio de una película de Berlanga que de la España del siglo XXI. Según este relato, fue el propio senador quien requirió la atención de los policías. Estos desconfiaron al ver el evidente estado de embriaguez que presentaban los tres individuos.
El senador, en cambio, no dejó pasar la oportunidad para insistir: "Vosotros sois policías y estáis para atender a los ciudadanos y no queréis atender una agresión". Cuando uno de los agentes se dio la vuelta para entrar en la comisaría, Curbelo continuó: "Eh tú, eres un pringao y estás hablando con un senador, no me des la espalda, te vamos a denunciar por abuso de autoridad". Una vez consiguió la atención del agente, el senador se negó a identificarse tal y como le habían solicitado.
Pese a que el policía insistía en que se identificara, no sólo se negó sino que llegó a propinar un puñetazo en el pecho del agente, lo que provocó la detención del senador. Pero el senador borracho no aguantó más. Fue ese el momento en el que comenzó a gritar "os voy a denunciar por detención ilegal".
No contento con la amenaza, siguió diciendo: "Sois unos terroristas, borrachos, hijos de puta, soy senador y voy a a ir a por vosotros uno a uno".
Pero continuó: "voy a acabar con vuestras carreras, que estáis pagados por los putos fachas del Partido Popular, sois unos putos vendidos". Todo ello aderezado con aspavientos y actitudes violentas, según estas fuentes. El senador, en uno de los momentos que más agresivo se puso, llegó a romper el polo de uno de los funcionarios policiales al agarrarle de la pechera.
Y Curbelo, continuó: "sois unos terroristas, os vais a cagar". Por si no estaban los agentes lo suficientemente intimidados, siguió diciendo: "soy senador y no me podéis hacer nada hijos de puta, putos borrachos de mierda, vendidos".
Así, los insultos, amenazas y actitud hostil no cesó y fue ésta y la agresión a varios de los agentes que se encontraban en la comisaría la que terminó costándole la detención y su paso por el calabozo.
Esto tampoco relajó al senador que seguía proclamando a los agentes que "tu cara no la voy a olvidar en la vida, ni tú la mía, ni tu familia de Ceuta, que tú eres moro". Y más: "sois unos terroristas, me quedo con vuestras caras y voy a arruniar vuestras carreras, soy senador y voy a tener el mejor abogado del mundo, os voy a hacer la vida imposible", seguía.
El hijo del senador preguntó en un momento si no conocía "a nadie que pueda envenenar el asunto". También hubo gritos de "todos estos hijos de puta se van a enterar, vuestro sueldo lo paga el puticlub, esto es una trama urdida por el Partido Popular".
Da la sensación que el alcohol –que las fuentes consultadas aseguran que los detenidos habían ingerido- dio rienda suelta a la verborrea de padre e hijo, ya que continuaron amenazando a los agentes a quienes llegaron a desear "a todos los policías que estáis que os muráis todos de cáncer y yo veré con mis ojos cómo se mueren todos vuestros putos hijos".
Insultos y amenazas que continuaron con los habituales "fachas de mierda, maricones, hijos de la gran puta, borrachos, abusadores, os habéis arruinado la vida por detenernos". Finalmente, y haciendo gala de una notable falta de respeto por otras razas o nacionalidades, Curbelo señala que "lo que más me jode es que me haya detenido un puto moro de mierda, que es gangoso y que se vaya con su puta familia a Ceuta".