José Luis Rodríguez Zapatero comenzó su discurso, centrado en la crisis económica, con un homenaje a los soldados muertos en Afganistán, donde el Ejército está "contribuyendo a la paz y seguridad".
El presidente del Gobierno adelantó que el Ejecutivo propondrá, en el marco del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) del próximo mes de julio, la aprobación de una regla de gasto en las comunidades autónomas similar a la que se va a aprobar en el Estado y las corporaciones locales. Así lo ha avanzado Zapatero durante su primera intervención en el Debate sobre el estado de la Nación, donde ha dicho que el Gobierno remitirá la norma de gasto del Estado y las corporaciones locales al Congreso en "las próximas semanas".
Zapatero ha explicado que el objetivo de reducción del déficit público al 6% en 2011 es "muy exigente" y obliga a un "esfuerzo compartido" entre el conjunto de las administraciones. "Para lograrlo, es imprescindible, por tanto, el compromiso de todos y, particularmente, el de las comunidades autónomas", ha señalado Zapatero, quien ha pedido "colaboración leal" y un "intenso" ejercicio de responsabilidad fiscal.
Además, el jefe del Ejecutivo, que ha admitido que la información del primer trimestre sobre algunas comunidades indica existencia de "incertidumbres" y obliga a una "aplicación estricta" de la senda trazada para reducir el déficit, ha asegurado que se seguirá trabajando "conjuntamente" para incrementar la calidad de la información presupuestaria disponible.
Zapatero dijo que se ha "consolidado el paso de la recesión a la recuperación económica", pero que aún es "leve". "El crecimiento está siendo gradual, lento, pero en ascenso". En su intento de sacar algo positivo de la crisis económica que vive España, aseguró que el Ejecutivo prevé que la recuperación se acelerará durante el segundo trimestre del año. Sin embargo, reconoce que "es todavía hoy demasiado lenta". Además, afirmó que la peor noticia es la demanda interna.
El presidente indicó que la mejor noticia para el Gobierno es "nuestra capacidad exportadora" y presumió de sus viajes al extranjero durante este 2011. Citó dos viajes a China así como visitas a Japón, Qatar, Emiratos Árabes, Kazajistán y Rusia. "Hemos trabajado para seguir atrayendo inversión a España", indicó. Además, volvió a sacar a relucir el G-20 donde se da "un esfuerzo genuino" para conseguir una "gobernabilidad global más eficaz".
Insistió Zapatero en que el desastre económico es debido al "anterior modelo de crecimiento", es decir, la construcción residencial y al "excesivo endeudamiento privado". Incluso aseguró que, sin ese problema, "hoy la economía crecería al 2 por ciento interanual" y estaría "creando empleo de manera neta".
Posteriormente, el jefe del Ejecutivo aseguró haber seguido con firmeza las reformas centradas "en el sector financiero, el marco laboral y la competitividad". Aunque reconoce que la destrucción de empleo ha sido mayor que en el resto de países, se ha justificado asegurando que en España hay un problema estructural que su Gobierno ha abordado "con el mayor esfuerzo".
Habló de las bondades de las reformas laborales del Gobierno, que en su opinión no menoscaban los derechos de los trabajadores. Porque aseguró que el Gobierno "está abordando y abordará" todas las reformas que haga falta, pero "no a costa de romper los equilibrios sociales. A costa de eso no". Esta afirmación le valió tímidos aplausos de la bancada socialista. Los primeros aplausos.
Dijo Zapatero que la defensa del estado del bienestar es la "preocupación y prioridad absoluta del Gobierno" y defendió sus políticas sociales y la reforma de las pensiones porque con ella "los trabajadores más jóvenes pueden confiar en el futuro". Lo mismo dijo de la Sanidad, el "servicio público que más valora la ciudadanía".
Zapatero no se olvidó de hacer un guiño a los "indignados" del movimiento del 15-M. El jefe del Ejecutivo aseguró que "desde ciertos sectores sociales" se ha producido una "mirada exigente" con el Gobierno por lo que ha afirmado que la democracia que él representa es "permeable a las demandas de los ciudadanos". De hecho, indicó que España "vive las mayores cotas de libertad que el ser humano haya conocido nunca". "Nuestra historia reciente es un ejemplo de ello, gracias a un régimen abierto", sentenció.
Dijo el presidente que ha procurado promover mejoras democráticas, "con mayor o menor acierto y con mayor o menor colaboración, que han producido avances en materia de derechos cívicos y sociales".
Finalmente tuvo una mención a las víctimas del terrorismo, a las que de pasada ofreció su apoyo. También lamentó el retraso de la renovación del Tribunal Constitucional y criticó los reproches que ha recibido. Y, de vuelta a los indignados, dijo que "nuestra democracia es mejorable" y que "salvo expresiones minoritarias de intimidación y coacción condenables e inaceptables", lo que hemos visto son "demandas al amparo de derechos democráticos" que en el fondo "reivindican el valor de la política".
Para cerrar su intervención, Rodríguez Zapatero ha querido hacer una especie de despedida y ha recordado que este es su noveno debate, tres en la oposición y seis en el Gobierno, donde "hemos tenido intensos debates" sobre la "guerra y la paz", sobre ETA, la igualdad...
En ese mismo tono, afirmó que su actitud "siempre ha sido de respeto, a los ciudadanos, a esta institución, de respeto a todos los grupos y a sus señorías, y más profundo aún a mi país, España". También tuvo una mención especial para todos los grupos parlamentarios, a pesar de sus discrepancias.