Joan Ridao preguntó al vicepresidente y candidato socialista cómo tiene pensado apaciguar el "malestar ciudadano" del movimiento 15-M. Aunque sin nombrarlo específicamente, el diputado de ERC quiso sacar de Rubalcaba en el Congreso una respuesta clara sobre el "impulso y coordinación de una acción política" en respuesta a esas peticiones, que a su juicio "a pesar de algunos excesos, deben ser escuchadas".
La respuesta de Rubalcaba a la pregunta del diputado de ERC le dejó tan contento que la repetiría también más tarde, cuando el nacionalista le pidió ser más concreto. Ridao criticó tibiamente las diferencias de criterio con Zapatero, empeñado en "pasar al juicio de la historia como el timonel de las reformas, aunque sufra", mientras Rubalcaba se muestra menos "predispuesto a más recortes dolorosos desde el punto de vista social" que puedan suponer una rémora para su candidatura.
Rubalcaba aprovechó para enunciar su política de aprovechamiento de los indignados, que esa misma mañana se encontraban apostados a las puertas del congreso. Rubalcaba quiso apaciguar ánimos con una filosofía que se resume en cinco puntos.
"Lo primero respetar, esté de acuerdo o no con lo que dicen; en segundo no instrumentalizarles, no tratar de pescar en río revuelto, lo que significa no demonizarles y tampoco regalarles los oídos; en tercero escuchar, las cosas que dicen que son variadas algunas incluso contradictorias, pienso que también hay que reflexionar sobre sus causas, sus razones, cuales son ciertas, asumibles y cuales no; cuarto, pensar sus propuestas, y finalmente defender las instituciones de la democracia".