Lejos de someterse a los dictados impuestos por la crisis, tanto el PP como el PSOE de Asturias han aprobado una subida de sueldos para sus grupos parlamentarios. En el caso del PP se trata de incumplir abiertamente la orden de austeridad de Rajoy en lo que supone un nuevo desencuentro entre la dirección popular en Madrid y el grupo dirigente del PP de Asturias, con Isabel Pérez Espinosa y Gabino de Lorenzo al frente.
Sepultado mediáticamente bajo la espiral violenta de los indignados, el escenario político asturiano tras las elecciones del 22-M está suponiendo una auténtica revolución en las hasta ahora estancadas -quizá demasiado para algunos- aguas de la vida institucional del Principado. La fuerte irrupción del FAC -casual o causal acrónimo del ex vicepresidente del Gobierno y ex secretario general del PP Francisco Alvarez Cascos- ha modificado ya de raíz la constitución de los dos principales ayuntamientos de la región y podría suponer un cambio en el gobierno, aunque no conviene adelantar acontecimientos.
Gijón, bastión histórico del PSOE, tendrá un alcalde de centro-derecha merced al acuerdo entre FAC y los concejales del PP, que desobedecieron así las directrices de una dirección regional todavía muy recelosa de su antiguo compañero de filas. Un acuerdo que no se repitió en Oviedo, donde el enemigo de Cascos, Gabino de Lorenzo, seguirá gobernando con una precaria minoría.
A la espera de que el Parlamento elija a un nuevo presidente, cargo al que se postula Cascos como candidato más votado en los recientes comicios autonómicos, la nueva cámara ha echado a andar con un perfecto entendimiento entre PP y PSOE que no sorprende a quienes mejor conocen la política asturiana. Merced a esa entente, Fernando Goñi, secretario general del PP asturiano y con viejas cuitas pendientes con Cascos, es desde hace una semana el presidente del parlamento. Y como tal presidió la primera reunión de la mesa, en la que la austeridad tan en boga ante la crisis y las dudas sobre las cuentas de las autonomías brilló por su ausencia.
Populares y socialistas acordaron aumentar el presupuesto de la cámara, con la oposición de FAC, que ha denunciado los hechos en un comunicado, y la abstención de IU. Entre las medidas adoptadas, según ha podido saber Libertad Digital, se encuentra una importante subida salarial para los portavoces adjuntos, que supondrá un desembolso anual superior a los 20.000 euros, mientras que el aumento de la dotación presupuestaría se traduce en más de 400.000 euros anuales.
La discusión sobre la distribución presupuestaria que tuvieron los representantes de la mesa en su primer encuentro se resume en dos posturas: la de FAC, que proponía repartir el mismo presupuesto entre los grupos, uno más en esta VIII legislatura, y la de PP y PSOE, que utilizaban ese aumento en el número de fuerzas políticas para justificar una subida de las partidas de gasto.
Por ello, el Letrado Mayor les hizo ver a los representantes de los asturianos que sus decisiones necesitarán de un suplemento de crédito para financiar el mayor gasto. Ante la oposición de FAC a esta conducta, que no casa con los propósitos de austeridad anunciados solemnemente por Mariano Rajoy tras otorgarle los españoles la mayoría de gobiernos autonómicos, populares y socialistas trataron de sumar a Cascos al acuerdo ofreciéndole un coche oficial cuando el líder de FAC es, de momento, un simple diputado. En concreto un Phaeton-Volkswagen, valorado en 72.000 euros.
Los representantes de Foro no sólo rechazaron tan suculenta oferta, sino que pidieron la reducción del parque móvil, eliminando para ello los tres coches que en la actualidad están designados a los grupos.
En esta situación, parece evidente el nulo entendimiento del partido de Alvarez Cascos con PSOE y PP, excepción hecha de Gijón, lo que vaticina un Gobierno en minoría del que fuera vicepresidente con José María Aznar. Eso siempre y cuando socialistas y populares no decidiesen extender su acuerdo al Gobierno regional, algo aritméticamente posible. Contra esta hipótesis opera el compromiso del líder del PSOE, Javier Fernández, de no presentar candidatura y el compromiso público de Génova de apostar por un Gobierno de centro derecha "que es lo que han votado los asturianos".
Sin embargo, si los populares decidiesen abstenerse en la sesión de investidura, como algunos especulan, un PSOE apoyado por IU podría hacerse de nuevo con la presidencia. Con ello, el PP asturiano lograría apartar del Gobierno del Principado a Cascos, lo que está en su ánimo desde que se opuso numantinamente a que Génova le nombrara candidato, y el PSOE lograría conservar uno de los pocos feudos autonómicos que le quedan, con la importancia simbólica que para la izquierda española tiene esta comunidad.
Dada la evolución de los acontecimientos en Extremadura y las pésimas perspectivas que les otorgan las encuestas en el País Vasco y Andalucía, quién sabe si el del Principado pudiera ser en el plazo de dos años el último reducto de su poder regional. Aunque para eso haya que deshacer la promesa de no presentar candidato en la próxima sesión de investidura.