El movimiento de los indignados es este miércoles el tema estrella de los pasillos. La preocupación por la tensión que está alcanzado las concentraciones a las puertas del parlamento catalán ha sido el moivo de la habitual pregunta que se le formula a Zapatero en los pasillos. El presidente del Gobierno se limitaba a responder con un "no" rotundo.
Quién sí ha cargado las tintas contra el movimiento de los indignados ha sido el siempre dispuesto José Bono, que no ha dudado en salir en defensa del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. "A mí me preocupa y me indigna que invocando emociones, ideologías o renovación se falte al respeto a las personas, concretamente al alcalde de Madrid, o se impida la entrada del Parlamento de Cataluña hasta la sede, o se intente llegar a las puertas del Congreso de los Diputados cuando éste está reunido, entre otras cosas porque eso es un delito y estoy absolutamente convencido de que el único imperio que hay en un estado de derecho es la ley y los indignados tienen que cumplirla".
Bono no ha dudado en exigir a la Policía que cargue contra los manifestantes: "La policía tiene que ejercer la fuerza, que para eso es la fuerza pública legítima, para respetar los derechos de todos. Los derechos de España no está en manos ni de los indignados ni de nadie. Están en manos de la ley. Eso es una democracia y lo demás es poner en cuestión la propia democracia".
Y concluía el castellano manchego que "la impresión inicial de aquellas reuniones en la Puerta del Sol de gente bondadosa nada tiene que ver con las gentes que increpan, insultan o cometen un delito cuando impiden a los diputados entrar en un parlamento".