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Los ‘indignados’ sitian de nuevo el Congreso ante la pasividad de Interior

Unas 300 personas hicieron una sentada en los alrededores de la Cámara Baja. La Policía fue el blanco principal de sus consignas.

La noche del jueves ha sido muy movida. A las siete de la tarde se convocó una concentración junto al monumento al Oso y el Madroño en apoyo a los "indignados" de Valencia. Una hora más tarde, asamblea kilométrica, para variar, y luego manifestación por la carrera de San Jerónimo hasta el Congreso de los Diputados.

La concentración, no demasiado concurrida en comparación con la de hace dos semanas en solidaridad con el desalojo de la acampada de Barcelona, dio paso a la asamblea, celebrada bajo unos asfixiantes plásticos que los acampados colocaron a principios de semana para guarecerse de la lluvia. El cielo, sin embargo, estaba limpio de nubes, pero nadie pensó en quitar la infraestructura de la "carpa" sujeta con postes de madera.

La asamblea duró cuatro horas durante las cuales los participantes discutieron, una vez más, la oportunidad de quedarse en la Puerta del Sol. Una facción de los acampados, los pertenecientes al llamado "grupo de acampada", pretende seguir viviendo en la Puerta del Sol y solicitaron garantías de defensa a la Comisión Legal. Pero ésta se negó en redondo a darles cobertura de defensa jurídica al desconocer cuál iba a ser el modo en el que se comportarían frente a un hipotético desalojo por parte de la policía.

Cerca de las once de la noche una portavoz de la Comisión de Comunicación anunció formalmente a los reunidos que, según terminasen con la asamblea, se iba a celebrar una concentración frente a las puertas del Congreso de los Diputados, distante unos 300 metros de la Puerta del Sol. Minutos después la noticia llegaba a la esquina de la carrera de San Jerónimo con Cedaceros, lugar donde ayer se produjo la manifestación nocturna. Las unidades de Policía destacadas en el cruce procedieron a cerrar la calle con vallas y aproximaron las furgonetas. Delante de ellas se colocaron varias brigadas de antidisturbios con sus cascos colgados del cinturón.

La Carrera de San Jerónimo cortada

Varios jóvenes portaban una pancarta con muestras de apoyo a los indignados de Lérida, Granada, Barcelona, Valencia y Santiago. Estos se situaron en la calzada de la Carrera de San Jerónimo y, posteriormente secundados por el resto de los concentrados, consiguieron cortar el tráfico durante varios minutos. En esos momentos, algunos indignados murmuraban que, si no permitían circular a los vehículos, la policía cargaría.

Al poco, los concentrados en la Carrera de San Jerónimo permitieron a los coches proseguir con su recorrido, aunque por poco rato, ya que fueron colocadas vallas en la vía a la altura de la Plaza de Canalejas para impedir el paso de vehículos. Era llamativo ver cómo algunos de esos indignados que cortaron el tráfico reprochaban a la Policía que no dejasen pasar a los conductores, debido a la alta presencia de furgones policiales en la calle Cedaceros, que ocupaban parte de la calzada.

Los indignados reunidos en la Carrera de San Jerónimo recordaron con pancartas y consignas a sus compañeros de Valencia. "Tocáis a uno, tocáis a todos" se sumó a gritos en los que se pedía la libertad para los presos o en los que se decía que "Valencia somos todos".

En cuanto a las consignas contra políticos en concreto, las personas que se concentraron en los alrededores del Congreso se acordaron de Felip Puig, de Rubalcaba -"A Rubalcaba, un pico y una pala", gritaban algunos- y, cómo no, de Esperanza Aguirre –"Esto es Esperanza, y no la presidenta", coreaban-. Una minoría también se acordó de los sindicatos y de la patronal: "¿Dónde están, no se ven, Comisiones y UGT? Yo sí sé dónde están: negociando con la patronal".

Aunque, sin duda alguna, los mayores protagonistas de los estribillos coreados por los indignados fueron los policías. "Vosotros sois los hombres de Paco", "Menos Policía y más educación", "Los maderos para los lapiceros", "Cruzando los brazos, así nos va –en referencia a la postura de los agentes-", "Únete madero, también eres obrero" o "A vosotros también os han bajado el sueldo", eran algunas de las consignas que se dirigían contra las Fuerzas de Seguridad.

A las doce y media de la noche, media docena de personas acudieron a la concentración con galletas, verduras y agua, procedentes de la Comisión de Alimentación. Como hecho curioso, mencionar que un fotógrafo pidió galletas a uno de los jóvenes del movimiento. Este último le dijo que, salvo que le entregara la cámara, se quedaría sin galletas.

Los cantos prosiguieron durante buena parte de la noche, aunque se hizo un minuto de silencio para recordar a los indignados detenidos. Poco después, a la una y media de la madrugada, uno de los portavoces anunciaba que los detenidos en Valencia quedaban en libertad con cargos. La noticia provocó la indignación entre los concentrados, que corearon que fueran liberados de pleno.

El Congreso, blindado

Diecinueve furgones policiales se encontraban desplegados en los alrededores del Congreso de los Diputados. Diez vehículos se colocaron ante la Puerta de los Leones; en la esquina de la Carrera de San Jerónimo con la calle de Cedaceros, siete, y en la calle Zorrilla se encontraban los otros dos. La zona aledaña al Congreso estaba rodeada de antidisturbios y protegida con una doble valla.

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