El rotativo Der Tagesspiegel informa de la "falsa alarma" con los pepinos de nuestro país, y rápidamente se pregunta "¿Cómo pudo ocurrir que se identificase la causa de la enfermedad en los pepinos españoles?". Para responder, hace un repaso pormenorizado de cómo fueron produciéndose los acontecimientos, para acabar concluyendo que Alemania aún no sabe el origen exacto de la cepa contaminada. El rotativo pone todas las esperanzas en una nueva "prueba rápida" del científico Helge Karch, que prometió el martes identificar la cepa del brote con seguridad, gracias al "diagnóstico rápido".
Der Tagesspiegel dedica la última parte de su información a la reacción española ante el asunto. Reproducen las palabras de Rosa Aguilar, en las que dijo que las pérdidas podrían ascender a más de 200 millones de euros, y nos señala como "el mayor productor de pepinos de Europa". También tienen cabida las quejas de la consejera Clara Aguillera, que se comió un pepino para demostrar la idoneidad del producto; y nombra a Leire Pajín y Puxeu, que pidieron compensaciones económicas a Bruselas a causa de la crisis.
Frankfurter Allgemeine se hace eco del desmentido de la ministra alemana de Sanidad, Cornelia Storck, aunque realmente no supone el hecho noticioso para el diario. En su lugar, escoge el alarmismo, y se hace eco de los resultados de los informes de la reunión de alto nivel mantenida en Alemania: "El germen intestinal mortal se extenderá más" destaca en su información.
La demanda de Rosa Aguilar también aparece reseñada en el diario, y dice que "los agricultores españoles se han visto en la picota demasiado apresuradamente", aunque no habla de depurar responsabilidades en el Ejecutivo germano.
Al diario Die Welt le traen un poco más sin cuidado el daño que hayan podido hacer a la agricultura española las acusaciones alemanas. Ya desde su titular deja claro que lo más preocupante es que ahora se han quedado sin cabeza de turco: "Los pepinos españoles no eran la causa. ¿Y ahora qué?", proclama a toda página. El diario dice que tras esta equivocación, "ahora comienza desde el principio la búsqueda desesperada de un germen intestinal peligroso".
Die Welt atiende casi en exclusiva a la perspectiva alemana frente a esta crisis sanitaria que afecta a todo el continente Europeo, y podría seguir extendiéndose. El rotativo alemán recoge la penosa situación en la que se encuentran los vendedores de verduras alemanes, que no pueden vender sus productos por la alarma provocada. De las pérdidas que ha ocasionado al sector español no se encuentra ni un dato. "La búsqueda comienza de nuevo. Se está convirtiendo en miedo" asegura.
En el diario Handelsblatt, donde Cornelia Storck desmintió este martes que el E.coli poviniera de pepinos alemanes, los españoles aparecemos descritos como ‘iracundos’. O casi. Asegura que "en España se descarga la ira contra la gestión alemana de la crisis de ECEH", aunque nos da un tirón de orejas por exagerados: "No es la peor crisis de la agricultura de la historia reciente".
Aún así el rotativo tiene un gesto de comprensión con nuestro país, y dice que "nadie se ha infectado en su país directamente con ECEH. Esto demuestra que la causa también puede estar en otra parte", olvidándose de las pruebas en las que directamente se descarta que la bacteria haya estado en los pepinos españoles. "Ahora empieza una nueva búsqueda", concluyen.
El Hamburger Morgen Post fulmina la crisis con un certero titular: "¡Los pepinos españoles no tenían la culpa!", proclama con sorna. Sin profundizar demasiado sitúa la causa de este error en la "precipitación" del Ministerio de Salud que publicó los datos cuando aún no eran concluyentes.