Los indignados siguen desoyendo la prohibición dictada por la Junta Electoral Central y continúan en la Puerta del Sol tras pasar la sexta noche consecutiva, en lo que ha sido la jornada más multitudinaria, llegando a colapsar la céntrica plaza y las calles adyacentes desde las nueve de la noche.
Comenzaban el día de reflexión a las doce de la noche incumpliendo la Ley con un minuto de silencio al que bautizaron como 'un grito mudo' consistente en cubrirse con esparadrapo la boca y permanecer en silencio durante unos minutos. Posteriormente, retirárselo fingiendo un grito, pero sin emitir ruido.
Durante esta sexta jornada, los manifestantes han seguido escrupulosamente las recomendaciones de la organización para limitar en la medida de lo posible el consumo de bebidas alcohólicas –tan sólo se veían por la plaza las latas de cervezas de los vendedores ambulantes– y para que, por cuestiones de seguridad, nadie se subiera por los andamios de los edificios en obras en Sol, según informan las agencias de noticias.
La organización también ha repartido hojas con indicaciones para cómo actuar en caso de desalojo o carga policial.. Además, informaban de que los agentes policiales tenían que entrar en la plaza para comunicar a la organización que la asamblea había sido declarada ilegal, a pesar de lo cual, y teniendo en cuenta el carácter de la misma, no se procedería al desalojo.
A primera hora de la mañana LD ha podido comprobar cómo los indignados seguían en la Puerta del Sol e increpaban a algunos de los fotógrafos que trataban de hacer sus reportajes gráficos para la prensa del día.
De este modo, y después de que la Policía confirmase que no desalojarían la plaza pese a la orden de la Junta Electoral Central, los indignados continúan protagonizando el día de reflexión.