El Partido Popular sigue observando con incertidumbre los acontecimientos que se reproducen por toda la geografía nacional tras el 15-M aunque, de momento, los tracking -sondeos con poca muestra- realizados tras el primer estallido en la Puerta del Sol de Madrid no cambian la tendencia de las últimas semanas.
Cinco días después del denominado 15-M, la formación que lidera Mariano Rajoy mantiene las mismas perspectivas electorales para los comicios del domingo. También en la Comunidad de Madrid, donde más eco están teniendo.
Con estos datos actualizados encima de la mesa, Rajoy afronta el último día de campaña (Ciudad Real, Guadalajara y Madrid), en el que pretende recuperar la estrategia mantenida hasta que el jueves, y por sorpresa, modificara el guión para referirse a los jóvenes descontentos. Dos ideas se esgrimieron desde el primer partido de la oposición. La primera, y clave, es que el sistema es parte de la solución, y no el problema. “Que nuestra democracia nos ha costado mucho”. La segunda que la indignación y la rabia se tienen que exteriorizar depositando el voto en las urnas, y no en la calle. Y que el cambio lo representa el Partido Popular.
“En democracia a los gobiernos que no están a la altura se les quita”, aseguró Rajoy primero en Málaga y después en Sevilla, para añadir: “Lo más importante que tiene una persona es su voto libre, valiente y decidido”.
Ahora, Rajoy quiere volver a dejar de lado a los indignados para volver a la economía con la tranquilidad de que los últimos sondeos internos no deparan a su formación ningún susto de cara al 22-M. En el PP, eso sí, no todos son tan optimistas, con el miedo a otra jornada de reflexión marcada por los disturbios. En voz de un miembro del aparato, “el problema es que no sabemos qué puede ocurrir en las próximas 24 horas”.