Que la coalición proetarra Bildu pueda presentarse a las elecciones no parece ser una mala noticia para el Gobierno sino todo lo contrario. Las palabras de Alfredo Pérez Rubalcaba tras el Consejo de Ministros destilaban orgullo y satisfacción por "el funcionamiento de un Estado de Derecho" tras el que se ha parapetado el Portavoz del Gobierno para no responder a las preguntas de las prensa sobre la polémica decisión del Tribunal Constitucional.
"Lo que procede es acatar y respetar la sentencia del TC", afirmaba Rubalcaba para después "recordar a todo el mundo cómo funciona" este Estado de Derecho "que tiene unas reglas y cada institución tiene su papel". Ha diferenciado entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, la Abogacía y la Fiscalía General del Estado, el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional y ha insistido en que "todas las instituciones han hecho su trabajo y todas lo han hecho correctamente".
El vicepresidente primero ha insistido en que "el Tribunal Constitucional es quien tiene la última palabra" y "lo que distingue a los demócratas de los que no lo son es que respetamos el funcionamiento del Estado de Derecho. Es el nuestro". Por ello ha calificado de "críticas insostenibles" las que se vierten contra el TC y ha pedido "respetar siempre a todas las instituciones y en todas las circunstancias".
El también titular de Interior ha querido concluir su intervención inicial con un mensaje sobre el fin de la banda terrorista ETA. "Hemos llegado hasta aquí de la mano del Estado de Derecho aplicando sus instrumentos con firmeza y creo que hoy es bueno que los ciudadanos sepan que de la mano del Estado de Derecho acabaremos con el terrorismo".
Justicia ¿independiente?
Para Rubalcaba, que el TC haya contradicho al Supremo en relación a Bildu "no significa más que el Estado de Derecho funciona, ya que las personas "tienen derecho a la doble instancia: que un tribunal diga una cosa y otro diga otra. Sacar conclusiones y algunas expresiones de... me parece que no está en su sitio".
Sobre la "coincidencia" de que los magistrados del Constitucional elegidos por el PSOE hayan apostado todos por la concurrencia de Bildu a los comicios y la supuesta independencia con el poder político, ha asegurado que "la gente puede pensar lo que quiera y el pensamiento es libre. Son magistrados de los tribunales. Ya sé que hay gente que le gusta hacer esas lecturas pero la única lectura es la que es. Tengo la ventaja de que como dije lo mismo con el Supremo que con el TC me encuentro razonablemente cómodo porque se que son las reglas del juego".
Blindaje ante la prensa, otra vez
Una vez más, el vicepresidente primero del Ejecutivo ha dado una lección de escapismo ante los medios. Tan sólo ha contestado a una de las nueve preguntas que le han formulado los periodistas sobre Bildu: la referida a las presiones al tribunal por parte del Ejecutivo socialista para obtener el fallo en favor de la coalición heredera de Batasuna. "Desmentido rotundo. Y a partir de aquí le voy a decir: usted lo ha calificado de rumores, creo que es un calificativo benévolo... yo le voy a decir que es una insidia, es una insidia".
Cuando se le han preguntado otras cuestiones (en ocho ocasiones) sobre si el TC ha dado un revés al Gobierno, o si compartía la decisión del tribunal, o si era contradictorio con los informes de las Fuerzas de Seguridad que afirmaban que "Bildu es una estrategia al servicio de ETA", Rubalcaba ha evitado responder con frases del tipo "Creo que la valoración la he hecho completa y no procede insistir en ella...", o "está todo dicho", o "Yo creo que he expresado la valoración del Gobierno y me remito a ella". Tampoco se ha querido pronunciar sobre las conversaciones con el presidente del PNV, Iñigo Urkullu,o la manifestación convocada el próximo día 14 por Voces contra el Terrorismo en Madrid.
Algo que ha enfadado a los medios de comunicación de Moncloa que a su salida le recriminaban incluso al titular de Interior: "Nunca contestas a las preguntas". Un comentario que ha sido repetido por la gran mayoría de los periodistas cuando Rubalcaba ya se había ido de su sala de prensa. "Habrá que empezar a no preguntarle sobre nada porque nunca responde", "Yo ya se lo he dicho varias veces a todos los compañeros. Lo mejor es no preguntarle", decían algunos informadores con indignación.