Aunque el Gobierno español ya había fijado postura, este miércoles ha sido Gaspar Llamazares en la Sesión de Control del Congreso quien ha obligado a posicionarse a Zapatero sobre la ejecución de Ben Laden.
El líder de IU le pidió cuentas al presidente, calificando de "asesinato extrajudicial" la muerte del terrorista, instándole a explicarse. Zapatero justificó la acción de los SEAL estadounidenses, apoyándose en el argumento de que "la desaparición del terrorista favorece la seguridad y la lucha contra el terrorismo internacional", y recordando el "elevadísimo número de víctimas mortales" aludiendo al 11-S. Por ello, el jefe del Ejecutivo concluyó que "un criminal de su trayectoria, en una operación de esa naturaleza, es entendible que le haya llevado a ser capturado por las Fuerdas Armadas" apostillando, en varias ocasiones que "es fácil de entender". Zapatero remató su discurso, a kilómetros de distancia de su Alianza de Civilizaciones y su pacifismo antropológico: "Desde esa perspectiva, el destino de Ben Laden es un destino buscado por él mismo".
Llamazares recibió esta reflexión con dureza, y le reprochó al presidente del Gobierno haberse olvidado de su pacifismo: "No le reconozco" dijo, con gesto grave. "El fin no justifica los medios, esto es terrorismo de Estado" se indignó el líder de IU. A renglón seguido, Llamazares le dijo a Zapatero que sólo coincidía con él en la "solidaridad con las víctimas, pero el monopolio de las víctimas no lo tiene el Imperio" puntualizó, porque según su parecer, la eliminación de Ben Laden no ha cumplido con "el compromiso en la lucha contra el terrorismo de la comunidad internacional".
Además, el líder comunista puso en cuestión la efectividad que ha tenido la muerte del líder de Al Qaeda: "Usted dirá que estamos más cerca del fin de Al Qaeda, pero lo dudo" aseveró, atacando la "altura moral y democrático" de su antiguo colega de pactos.
Llamazares finalizó su intervención airado, atropellando las palabras: "¡No se puede asesinar premeditadamente aunque sea un terrorista, no se puede violar el territorio de un país aunque sea para detener a un terrorista" y tampoco "se puede hacer escarnio con el cuerpo de un terorrista!". Llamazares le espetó: "¡Nada de esto tiene que ver con la moral ni con el derecho internacional!".
Por último, el líder de IU instó al presidente del Gobierno a aclarar en qué afectaba esta muerte a la situación de nuestras tropas en la guerra de Afganistán. "Allí estábamos buscando a Ben Laden, una vez eliminado, volverán nuestras tropas, o nos dará de nuevo la razón" con que estamos en Afganistán por otros intereses.
Zapatero se aferró al último argumento sobre el país afgano, evitando así el enfrentamiento con quien era su compañero pacifista, aduciendo que "no comparto, pero respeto" su posición. Una vez más, el presidente del Gobierno dejó sin respuesta a Llamazares, que le puso de cara a la realidad: no le queda un sólo principio en pie, de esos de los que hizo bandera desde 2004.