El Partido Popular se ha erigido portavoz de todos los españoles ante los últimos datos de la Encuesta de Población Activa, que apuntan a un repunte del número de parados que se acerca peligrosamente a los cinco millones. Unas cifras que "son intolerables, injustas y escuecen" para el principal partido de la oposición, que se ha esmerado en vender dos ideas fundamentales; que la culpa es del Gobierno y que con el PP se puede salir del túnel.
El primero en postularse sobre la EPA fue el líder nacional, mucho más raudo en este asunto que en otros como el de la política antiterrorista. "Es el peor triste dato de la historia", tradujo Mariano Rajoy, que ya no se molesta ni en mentar a los culpables: "Mientras esta gente esté al frente" no será posible abordar "la recuperación económica".
Por ello, el PP tronó hoy más que nunca porque el 22-M se convierta en un auténtico plebiscito de las políticas de José Luis Rodríguez Zapatero, antesala de un adelanto electoral: "Que haya arruinado el presente de España, lo podemos corregir. Que esté arruinando el futuro de España, nunca se lo vamos a poder perdonar", exclamó Esteban González Pons, de visita a Melilla.
El vicesecretario de Comunicación apeló a los ciudadanos a "tener en cuenta" los cinco millones de parados "a la hora de votar" en los próximos comicios locales y autonómicos. Y es que, según las fuentes consultadas, se extiende como la pólvora la teoría de que un terremoto electoral traerá consigo, irremediablemente, un adelanto de las generales: "Estoy seguro", confirma un miembro de la dirección nacional, que señala a Alfredo Pérez Rubalcaba como sucesor de Zapatero. En él están puestas todas las miradas, según pudo saber este diario.
"España necesita un cambio importante" ya que los datos económicos "certifican el fracaso de las políticas socialistas que nos han llevado a un agujero de déficit tremendo, que no han conseguido parar una sangría de desempleo y que nos han colocado en el mayor número de parados de la historia", defendió en Onda Cero Soraya Sáenz de Santamaría, en una jornada en la que todo dirigente del PP que se precie ha clamado contra el equipo gubernamental.
"Los datos del CIS nos dan la razón", aseguran en Génova, dando pie al otro gran titular de la jornada: la distancia de diez puntos con el PSOE, y que descarta "cualquier tipo de acercamiento" de los socialistas. "O sacamos a los socialistas del Gobierno o los socialistas acabarán sacando a todos los españoles", apostilló González Pons.
La segunda gran idea que difunde desde las filas de los populares es que hay hueco para la esperanza, pero que para alcanzar la senda de la recuperación es necesario ver a Rajoy en La Moncloa. "Lo que voy a decir es que en España se va a crear empleo, que el PP, que ya lo hizo en su día, tomará las decisiones que generarán confianza", sentenció el propio líder de la oposición, en un acto de presentación de su candidato en Extremadura, José Antonio Monago.
Pero, hasta que se celebren los comicios nacionales, el PP exige al Gobierno que "no caiga en la complacencia". "Sería peligrosísimo que se dedicara a no hacer nada y se conformara con lo que el sector servicios y el turismo pudiesen hacer en los meses buenos. Tienen que adoptar medidas activar y reformas importantes", hasta que den el relevo a los populares.
El Gobierno, en voz de Sáenz de Santamaría, "está amortizado" pero el plan de reformas -insisten en la sede del PP- se tiene que ejecutar, y a ello van a estar muy pendientes los populares.