En el PSOE han sido rápidos en informar sobre los plazos del proceso de primarias anunciado por José Luis Rodríguez Zapatero. Ha podido ser un intento de calmar la polémica y el debate, pero nadie duda de que éste se acentuará a partir de ahora y de que estará en boca de todos en la campaña de las autonómicas y municipales.
La dirección del partido prevé celebrar un Comité Federal el 28 de mayo, una semana después del 22-M, para establecer el calendario de primarias, que se celebrarían en verano, con el fin de designar al candidato para las elecciones generales de 2012.
Según las fuentes, el Comité Federal de mayo en principio fijaría el calendario para las primarias, teniendo en cuenta que queda todavía un año para las elecciones generales y ese es un plazo más que suficiente.
Una vez que se abra el proceso, que no tiene por qué ser necesariamente ese mismo día, y en el caso de que haya más de un candidato, se abrirá un plazo de un mes para recabar los avales necesarios, tal y como prevén los estatutos del partido. Después tendría que realizarse una campaña electoral interna antes de la fecha de las elecciones primarias. En resumen, sobre el mes de julio debería de conocerse ya al candidato elegido.
No obstante, todo este proceso estará tutelado muy de cerca por el secretario general del PSOE, o sea, por el propio Zapatero y por el vicesecretario general del partido, José Blanco. Y desde que ese momento suceda – elección de candidato – hasta que se produzcan las elecciones generales, es decir, nada menos que ocho meses aproximadamente, habrá bicefalia en el partido con dos cabezas visibles: la de Zapatero y la de su sucesor. Algo que puede generar problemas internos y fricciones si no es de su gusto.
Hay dos nombres que aparecen en todas las quinielas: Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón. El ministro del Interior habría manifestado ya que desearía ser candidato de consenso y no batirse con otros compañeros de partido, pero el anuncio de Zapatero habría dado al traste con sus intenciones. A esto se sumaría el desgaste que acumula en las últimas semanas por el escándalo del chivatazo y las actas de ETA. A priori, la ministra de Defensa, su hipotética rival, habría salido vencedora tras la decisión del presidente. Muchos dan por hecho que habría decidido presentarse y contaría con los apoyos de parte del PSC y el PSM. Su sonrisa este sábado era elocuente aunque no ha soltado prenda sobre sus intenciones.
Otro eterno candidato es José Bono. El presidente del Congreso ha procurado hacerse ver en las últimas semanas mientras arreciaban los rumores sobre la marcha del presidente. Este sábado ha hecho lo mismo, acudiendo al Comité Federal y hablando ante las cámaras.
También han sonado los nombres de Javier Solana, otro candidato para nostálgicos del felipismo, y de José Blanco, la mano derecha del presidente. De momento, el vicesecretario general del PSOE ha sido el encargado de marcar los tiempos y de dejar claro, tras la petición del PP, que no habrá adelanto electoral.