Por sorpresa y en secreto el depuesto presidente de Honduras regresó este lunes a su país. La noticia la dio su vicecanciller, Beatriz del Valle. "El presidente ha pedido no identificar en qué sitio del país se encuentra". Pero la canciller Patricia Rodas, en declaraciones a Telesur, aseguraba que Zelaya estaba en la sede de Naciones Unidas en Tegucigalpa.
Y ahí comenzó la confusión. La oficina de la ONU lo negaba: "Desconocemos de dónde provino esta información, pero sí puedo decir con toda certeza que no es cierta", declaró a la radio HRN la portavoz del Sistema de las Naciones Unidas, Ana Elsy Mendoza. "Zelaya no se encuentra aquí en la Casa de las Naciones Unidas".
Mientras Chávez, en su tono habitual, informaba desde Caracas a bombo y platillo de su vuelta. "Les informo que el presidente Zelaya viajando durante dos días por tierra, cruzando montañas, ríos, arriesgando su vida, apenas con cuatro compañeros, logró llegar a la capital de Honduras y está en Tegucigalpa", afirmó. "Exigimos a los golpistas que respeten la vida del presidente, que entreguen el poder pacíficamente", añadió el gobernante venezolano.
Poco después, Zelaya, en declaraciones a Telesur, confirmaba su regreso y decía que quería iniciar "un diálogo". Pero aseguraba que no iba a desvelar su situación exacta.
Hasta que intervino EEUU, y lo hizo a través del portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, quien confirmó el regreso del depuesto presidente y pidió que "las dos partes hagan un ejercicio de comedimiento y eviten cualquier acción que pueda derivar en un brote de violencia". Kelly aseguraba que, de momento, no disponía de información sobre la ubicación exacta del presidente depuesto, aunque señalaba que la embajada estadounidense en Tegucigalpa está recabando detalles e información sobre "lo que pretende (Zelaya) con esta acción y cuáles van a ser sus siguientes pasos".
El portavoz no se pronunció sobre la situación legal de Zelaya en Honduras, y según dijo, esto depende del "régimen de facto en Tegucigalpa". "Por supuesto", afirmó Kelly, "nosotros creemos que Zelaya es el líder constitucional y democrático de Honduras". Tras el respaldo de EEUU, Zelaya se animó a confirmar su situación: la embajada de Brasil.
Zelaya agita a sus seguidores: "Que vengan aquí a los alrededores"
Y desde la embajada brasileña, el depuesto presidente hondureño ha hecho un llamamiento a sus seguidores a que se acerquen a esa legación diplomática.
Manuel Zelaya ha dicho a los periodistas desde la embajada, que ha regresado al país para "dialogar" y "diseñar un camino para retornar a la paz y la tranquilidad". También indicó que el pueblo hondureño debe venir a la capital para protegerlo y pidió a las Fuerzas Armadas que no intervengan para impedir su presencia y su búsqueda del diálogo.
El depuesto mandatario ha anunciado asimismo que posiblemente mañana, martes, llegará a Tegucigalpa el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y, posteriormente, comisiones de las Naciones Unidas "para iniciar el diálogo".
Zelaya agradeció a "la Embajada de Brasil, que me ha dado el apoyo de una manera tan honesta, tan sincera", así como al presidente de ese país, Luiz Inácio Lula da Silva, y al canciller brasileño, Celso Amorim.
"Soy un hombre pacífico, dialogo, practico la no violencia", proclamó, y añadió: "He venido a dialogar de frente". "Pacíficamente vamos a buscar un diálogo" con todos los sectores, "ese es mi plan, iniciar internamente el diálogo". Pero a la vez pidió a sus simpatizantes "que se vengan aquí a los alrededores" de la embajada brasileña para organizarse, "protegernos, cubrirnos, para evitar cualquier malentendido", y también porque "reconstruiremos la democracia", dijo.
"El poder del pueblo sirve para hacer las grandes transformaciones", declaró el depuesto mandatario hondureño, quien, sobre cómo regresó a Honduras, se limitó a comentar que hizo "mil proezas" y un periplo de unas quince horas. Añadió que hoy mismo comenzará sus contactos con representantes de sectores organizados para iniciar el diálogo.
Por otro lado, según informa BBC Mundo, el dirigente sindical agrario Manuel Sosa ha señalado desde Tegucigalpa que "no hay movimientos de militares por las calles y no se oyen los helicópteros que suelen sobrevolar la capital cuando tienen lugar las manifestaciones contra el golpe". Las autoridades del gobierno interino, presidido por Roberto Micheletti, habían insistido en que detendrían a Zelaya si consiguiera ingresar en el país.