Se trata de uno de los Mini UAV Raven, según informa ABC, destinados a la vigilancia y reconocimiento del terreno antes del paso de los convoyes. Hace un mes que se precipitó al suelo, y desde entonces está en manos de Abdul Mannan, uno de los líderes de la provincia afgana de Badghis.
Mannan reclama el pago de 3.000 dólares si el Ejército español quiere recuperar el aparato, que se emplea en la exploración de rutas peligrosas. Hasta el momento, el personal de la misión española en Badghis declaró a ABC que "bajo ningún concepto se pagaría cantidad alguna a la insurgencia. España no negocia con los militantes".
El acontecimiento se produce en un período especialmente delicado en Afganistán, después de que The Times revelase los sobornos de militares italianos a talibanes, a cambio de la seguridad de sus tropas.
Además, la zona del país a la que pertenece Badghis, Muqur, ha sido califacada como "oscilante" por parte de la ONU, que considera necesaria una acción urgente para que no caiga de forma definitiva en manos terroristas.
La seguridad de los soldados españoles no está en juego por la pérdida del avión, pero siguiendo el protocolo de ISAF en este tipo de casos, deben evitar el uso mediático del aparato en manos de los talibanes ya que, según ABC "para ellos es una especie de trofeo y, desde el punto de vista militar, lo que hay que procurar es que nunca salga a la luz el material capturado por el enemigo".