L D (EFE) Para elegir a Sotomayor, Obama tuvo en cuenta no sólo su carrera como magistrada sino también su historia personal, como indicó en su anuncio en la Casa Blanca, donde afirmó que "tan impresionante y significativa como las brillantes credenciales legales de la juez Sotomayor es su propia historia".
Obama había indicado con anterioridad que se inclinaría por un juez que tuviera muy en cuenta las consecuencias de sus decisiones sobre los ciudadanos de a pie. "Lo que Sonia aportará al Tribunal no será sólo el conocimiento y la experiencia adquiridos durante el transcurso de una carrera legal brillante, sino la sabiduría acumulada en todo un trayecto de vida inspirador", declaró en una ceremonia muy emotiva.
Sotomayor es desde 1998 juez federal del Tribunal de Apelaciones del Segundo Distrito de EEUU, en Nueva York, y cuenta con una amplia experiencia tanto como juez de sala como en el sector privado. Su vida comenzó en el Bronx de Nueva York, donde se crió en una vivienda de protección oficial como hija de inmigrantes puertorriqueños.
Cuando tenía nueve años moría su padre. Su madre, Cecilia, quedó a cargo de la pequeña Sonia, a la que un año antes se le había diagnosticado diabetes, y de su hermano Juan. En la ceremonia, Sotomayor rindió homenaje a su madre, que allí estaba, y aseguró que "sólo soy la mitad de buena que ella".
Gracias a una serie de becas, Sotomayor pudo estudiar Derecho y graduarse "summa cum laude" en la prestigiosa Universidad de Princeton en 1976. A lo largo de su carrera, Sotomayor trabajó como asistente en la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, y como abogado en uno de los bufetes privados de la ciudad. En 1992 se convirtió en la jueza más joven y la primera magistrada hispana del estado de Nueva York y cinco años después llegó al Tribunal de Apelaciones del II Distrito Federal.
En su discurso en la Casa Blanca, Sotomayor se mostró de acuerdo con Obama acerca de la importancia de la empatía a la hora de juzgar: "mi objetivo es no olvidar nunca las consecuencias reales de mis decisiones entre los individuos, las empresas y el Gobierno", dijo. Su nombramiento como nueva jueza del Supremo estará condicionado al visto bueno del Senado. De resultar confirmada, será la segunda mujer en ese Tribunal, junto a Ruth Baader Ginsburg, y sólo la tercera en la Historia.
Según explicaron altos funcionarios de la Casa Blanca que hablaron bajo la condición del anonimato, Obama entrevistó personalmente a los cuatro finalistas para el cargo el martes y el jueves pasados. A Sotomayor la vio el jueves y habló con ella a solas por espacio de una hora en el Despacho Oval. El viernes ya indicó a sus asesores que se sentía más bien inclinado a favor, pero quería meditarlo durante el fin de semana. La decisión final, indicaron los altos funcionarios, se produjo la noche pasada, cuando Obama telefoneó a la jueza para informarle.
Sotomayor comenzará la semana próxima sus contactos con los senadores para preparar su audiencia de confirmación, que la Casa Blanca quiere que se produzca antes del receso de vacaciones del Congreso en agosto. El objetivo de Obama es que la jueza pueda ocupar el asiento que ha dejado vacante Souter el primer lunes de octubre, cuando el Supremo retomará sus sesiones.
Hasta el momento, la oposición republicana ha expresado su intención de ofrecer un proceso imparcial a la jueza. De ser confirmada, se espera que Sotomayor se sitúe en el ala más progresista del Tribunal, donde estaba también Souter, por lo cual no cambiará decisivamente el equilibrio en esta Corte. Pero a sus 54 años es lo suficientemente joven para representar ese voto progresista durante mucho tiempo en el tribunal, cuyos miembros ocupan el cargo con carácter vitalicio.