Los militares españoles que formaban parte del convoy que escoltaba a la caravana de alimentos sufrieron un nuevo ataque por parte de talibanes cuando trataban de recuperar el blindado BMR que había sido atacado instantes antes con una mina anticarro, según informaron a Europa Press fuentes del Ministerio de Defensa.
Las tropas españolas respondieron al ataque con disparos y acabaron con la vida de tres talibanes, que tras la explosión de la mina antipersona habían permanecido ocultos en la zona para atacar de nuevo a los soldados. Las tropas españolas se incautaron también de armamento y munición de los talibanes, indicaron las mismas fuentes.
Asimismo, los soldados del contingente español pidieron ayuda aérea para repeler el ataque. Helicópteros de ataque AW129 Mangusta del Ejército italiano colaboraron en las labores de respuesta al ataque, causando un número indeterminado de bajas entre los talibanes. Este segundo ataque se produjo poco después de que un convoy español que escoltaba a una caravana del Programa Mundial de Alimentos de la ONU sufriera un ataque al norte de Qala-i-Naw (Afganistán), en el paso de Sangatesh, al explotar una mina anticarro de gran potencia al paso del vehículo.
El ataque causó la muerte del soldado Jon Felipe Romero Meneses, de nacionalidad colombiana y 21 años, y heridas de diversa consideración a otros seis militares. Los dos más graves son el teniente del Ejército de Tierra Jordi Francesc Rubio Carceller, de 28 años, casado y natural de Hospitalet (Barcelona) y el soldado de nacionalidad colombiana Daniel Ospina Quintana, de 23 años y soltero.
Los otros cuatro heridos son: el soldado Juan Morales Aroca, de 24 años y natural de Sevilla; el soldado Joshua Alcalá Silvera, de 20 años y natural de Tenerife; el soldado Carlos Gatos Guardado, de 23 años y natural de Barcelona, y el soldado Gerson Jaime Rodríguez, de 19 años y nacionalidad colombiana. La última víctima española en Afganistán fue Christian Quishpe Aguirre, de 24 años y nacionalidad española aunque oriundo de Ecuador, que el pasado mes de enero murió arrollado por un vehículo blindado que estaba en revisión en la Base de Apoyo Avanzado (FSB) de la OTAN en Herat.
Desde que las primeras unidades españolas llegaron al país asiático a finales de 2002, un total de 92 militares españoles han perdido la vida en Afganistán durante su participación en la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) y en la misión 'Libertad Duradera'. De ellos, 81 murieron en accidentes, ocho en combates y otros tres a causa de infartos.