Una de las grandes interrogantes que todo el mundo se hace en Argentina y en la región es cómo la presidenta administrará su último año al frente del Gobierno ya que las elecciones se celebrarán el 23 de octubre de 2011. Sobre todo porque con la muerte de su marido pierde al que era su principal y casi único asesor y consejero.
Pero es posible que la incertidumbre comience a planear el panorama político argentino, ya de por sí bastante inestable. Ahora nadie sabe quién podrá liderar el kirchnerismo para las elecciones presidenciales ya que era un secreto a voces que Néstor Kirchner era el principal pretendiente para así crear en Argentina lo que muchos han llamado ya la "monarquía Kirchner".
Sin embargo, algunos creen también que podría ser la gran oportunidad –si es que se puede llamar así- de que Cristina comience a cambiar el rumbo de un Gobierno que pese a haber logrado enderezar de alguna manera la economía y colocar el crecimiento en índices muy respetables, mantiene un bajo índice de popularidad. No olvidemos que hace poco más de un año, el kirchnerismo sufrió una dura derrota en las legislativas que incluso provocó la renuncia de Néstor al frente del peronismo. Y es que su principal problema es político.
En primer lugar dentro del peronismo existe un amplio frente que se sigue oponiendo a su relación con la izquierda bolivariana regional de Hugo Chávez. En los últimos años, el "matrimonio presidencial" no ha hecho sino alimentar ese claro acercamiento. Eso fue siempre propiciado por un Kirchner que incluso se convirtió en el candidato chavista para presidir la Unasur, cosa que finalmente ocurrió sin que nadie pudiera evitarlo.
Además, el kirchnerismo empezó desde hace ya varios años una guerra abierta contra la prensa que criticaba su gobierno, es decir la prensa libre e independiente. Básicamente un fenómeno muy similar a lo que ocurre en Venezuela -Globovisión y El Universal son las principales "víctimas" del Chávez-. Recordemos que ya cerró una de las empresas de del diario Clarín y que hace unos meses incluso se atrevió a empezar una dura guerra sucia especulando con los hijos adoptados de la dueña del grupo mediático. De hecho hace sólo unos días, la propia presidenta dijo que su idea era "nacionalizar" a los medios de comunicación.
Para el analista Rosendo Fraga, del diario La Nación, "la falta de Kirchner deja la sensación política de que falta el presidente y es como si se planteara el interrogante de cómo va a actuar el vicepresidente" ya que "hasta el último momento él se encargó de hacer evidente que era quien ejercía realmente el poder y no su esposa". Es justamente por esta razón por lo que Cristina podría atreverse ahora a ejercer de verdad el poder.
Lo cierto es que la muerte de Néstor Kirchner, el hombre más representativo de la política argentina en la última década -Alfonsín lo fue en los 80 y Menem en los 90-, deja a Argentina en una suerte de incertidumbre sobre todo frente a las elecciones de octubre de 2011. Habrá que esperar quién aprovecha esta ausencia –la guerra por la sucesión dentro del kirchnerismo será encarnizada- y cómo la procesará la propia Cristina Fernández en los próximos meses.