"Tengo un mensaje de madre a hijos, de una mujer que está preocupada y recuerda permanentemente a sus hijos y les quiere transmitir su cariño, su fuerza y su amor", dijo Rosa Díez a los periodistas a su llegada al aeropuerto de El Aaiún.
"Creo que es importante que Marruecos sepa que la comunidad internacional también mira a los hijos de Aminatu, porque cuando les miras les proteges", añadió la parlamentaria, que viaja acompañada por una pequeña delegación de su partido. Díez señaló que, como madre, entiende perfectamente que Haidar pretenda, ante todo, enviar cariño a sus hijos y transmitirles que lleva a cabo su protesta "para que ellos no tengan que hacer lo mismo en el futuro".
Por ello, la diputada reiteró que el programa de su visita es "familiar" y consistirá en "charlar con ellos, darles abrazos y besos y escucharles por si ellos quieren enviar un mensaje a su madre", antes de regresar mañana a España.
En la misiva de Haidar puede leerse: "A mis queridos Hayat y Mohamed y a mi querida sobrina Touta. Os quiero infinitamente y os echo mucho de menos. Cuidaros mucho. Vuestra mamá, que piensa a cada instante en vosotros. Os adoro hasta la locura. Aminatu"
Expulsión de la casa de una saharaui
En la visita, sin embargo, se registró algún incidente. Más de una decena de policías marroquíes la expulsó de la casa de la activista saharaui Djihi Galia tras advertirle de que se había autorizado su visita a los hijos de Aminetu Haidar "por razones humanitarias", pero que no tenía permiso para estar en esta otra casa de una militante saharuai.
Así lo explicó Rosa Díez a los medios de comunicación vía telefónica, asegurando que en ese momento se encontraba buscando un taxi seguida por varios agentes de seguridad. "Han llamado a la puerta y han entrado diciendo que yo no tenía autorización para estar en la casa. Usted se tiene que marchar de aquí, se tiene que ir, traemos esa orden", le dijeron a la diputada.
"Nos hemos marchado para no dar más problemas, entonces han venido otros y nos han dicho que por razones humanitarias podía estar con los hijos pero no con la familia de Galia", explicó Díez nerviosa. "Ahora estamos por la calle buscando un taxi mientras estos hombres nos siguen a corta distancia", concluyó.