Minutos después de que el Parlamento Europeo modificara su orden del día para pronunciarse finalmente esta semana (y no en diciembre, como habían pactado los presidentes de los grupos políticos), llegaban a Estrasburgo directrices políticas desde varios frentes.
Por un lado, la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, se expresaba ante los medios en Bruselas deseosa de que la resolución de la Eurocámara que se vota este jueves contribuya a "apoyar soluciones", pero marcaba distancias entre los ministros de exteriores de los Veintisiete y el poder legislativo europeo. "No todas las resoluciones del Parlamento Europeo se utilizan después en las reuniones del Consejo", advertía Jiménez, insistiendo en subrayar las "competencias diferenciadas" de ambas instituciones. En todo caso, el mensaje de la ministra española a los diputados europeos era claro: "sensatez".
Casi al mismo tiempo, el jefe de las filas populares en el Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, trasladaba a sus diputados las consignas de Génova. Según fuentes populares en la Eurocámara, ante el debate del miércoles y el voto del jueves, el presidente del PP, Mariano Rajoy, pidió ayer a su formación "mucha prudencia" en un tema tan "sensible". El llamamiento a la prudencia llegaba horas más tarde de que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, hubiera asegurado en rueda de prensa que su partido "va a seguir hacia adelante para que se conozca la verdad".
Por su parte, el Ministerio de Exteriores marroquí no tardó ni cinco minutos desde que el asunto se readmitió en el orden del día, en ponerse en contacto con el jefe de los populares españoles en Estrasburgo. De esa conversación, sin embargo, no han trascendido detalles.
Según otras fuentes populares, Mayor Oreja instó a los populares a ser "muy escrupulosos" en la redacción de la resolución. "No se trata de prudencia, sino de usar bien el lenguaje", matiza un eurodiputado, consciente de que la cocina de una resolución de condena a Rabat –por otra parte, no vinculante, pero de valor simbólico- puede pender de una coma.
"Digamos lo que tengamos que decir, pero sin ensañarnos", aconseja otro eurodiputado popular. Para el mismo, la delegación española del PP "ha llegado muy lejos en la defensa de los derechos humanos", incluso enfrentándose públicamente al presidente del grupo PPE, Joseph Daul, que, presionado por Rabat la semana pasada, había pospuesto el voto de la resolución sin el apoyo de los populares españoles. Sin embargo, el eurodiputado insiste en que "si se suma a una resolución muy radical, el grupo no la comprará".
En todo caso, los populares ya han avisado de los aspectos "irrenunciables" en los que no se ceñirían a la "prudencia" mencionada: la condena de la violencia, la exigencia de una investigación independiente y la extensión del mandato de la misión de las Naciones Unidas al ámbito de los derechos humanos .