En el discurso de Zapatero del pasado Día Internacional de la Mujer, el presidente del Gobierno no le tembló la voz a la hora de atribuirse los méritos del avance de las mujeres en la sociedad. Henchido de feminismo, alabó sus propias medias, y recordó "la lucha" de las féminas del pasado y del presente.
Zapatero tuvo recuerdo para la "pastora Marcela", para la ministra de Sanidad allí presente, para las mujeres que estaban participando en el cambio de los países árabes...obviamente todas, de su cuerda.
Y es que, a pesar de tratarse de un día que calificó de "muy especial" y que no merecía distinciones ideológicas, Zapatero hizo excepciones y se olvidó de aquellas que no militan en sus filas, por muy reseñable que sea su labor. Llama la atención especialmente el caso de la bloguera y disidente cubana Yoani Sánchez, una de las figuras a las que realmente se les puede atribuir más méritos en lucha de las mujeres en todo el mundo.
Infinidad de organismos internacionales han premiado su labor – incluido El País- sin ir más lejos, el mismo día en que Zapatero se enredaba en sus odas a la pastorcita, Yoani Sánchez era premiada por el Departamento de Estado de Estados Unidos con el galardón "Women of Courage", por su particular lucha.
Pero nada. Zapatero sigue haciendo primar su ideología por encima de la defensa de los derechos humanos, y de la batalla de Yoani, por la que es continuamente acosada por la dictadura castrista. El presidente del Gobierno español prefiere pavonearse de unos gobiernos paritarios que ya no tiene- por los que recibe premios.