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RECHAZO ENTRE LAS VÍCTIMAS DEL 11-S

Polémica en Nueva York por la construcción de una mezquita junto a la Zona Cero

El plan de construcción de una mezquita y centro cultural islámico a apenas 100 metros de la Zona Cero en Nueva York ha abierto el debate en EEUU. Gran parte de los ciudadanos han mostrado su rechazo ante un proyecto que tendrá un coste para la fundación que lo promueve de 100 millones de dólares.

Polémica en Nueva York ante un proyecto que prevé construir un gran centro cultural islámico y una mezquita a cien metros de la Zona Cero, en un edificio de 13 plantas actualmente dañado por los atentados del 11-S y donde se encontraba la Burlington Coat Factory.

Este proyecto parte de la Sociedad Americana para la promoción de la Religión Musulmana y se engloba en la Iniciativa Córdoba que persigue "construir puentes entre el Occidente y el mundo musulmán". La presidenta de esta plataforma, Daisy Khan afirma que es una iniciativa para "la reconciliación entre americanos y musulmanes" y que dará "voz a la mayoría de los musulmanes que sufren por culpa de los extremistas".

Además, añade que "el centro cultural será también un lugar recreativo para quienes aman el deporte. Abrirá sus puertas a todos, no sólo a los fieles islámicos". En este sentido, el imán de Nueva York y líder del proyecto Feisal Abdul Rauf, ratifica la excepcionalidad de la iniciativa: "No conocemos ninguno como éste en Estados Unidos".

Asimismo, según recoge AFP, Rauf se defiende de las críticas que ha suscitado la futura mezquita: "Se trata de la construcción de una identidad islámica de América, porque tenemos una segunda y tercera generación que no sienten que forman parte del país", dijo.

El imán considera el proyecto una vía de defensa y entendimiento para de aquellos que "a través de los años han denunciado '¿Dónde están la voz de los musulmanes moderados?' Bueno, aquí estamos", aduce.

 "¿Por qué aquí?"


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Sin embargo, este proyecto, que tiene un presupuesto de 100 millones de dólares, ha generado un rechazo importante entre los ciudadanos de Estados Unidos y particularmente entre los neoyorkinos. De hecho, la movilización ciudadana ha llevado a la creación de un blog que se manifiesta contrario a la construcción de mezquitas en la zona donde se produjo al 11-S y que habla de que este proyecto es “un insulto a la memoria”.

El consejero de zona en Nueva York, Paul Sipos, dijo no ser contrario a la construcción de una gran mezquita en Nueva York aunque cree que la ubicación del proyecto no es la más adecuada.

En declarciones a New York Post  afirma que “si un japonés decidieran construir un centro cultural en Pearl Harbour, todos considerarían esta iniciativa poco acertada” y además añade que “si los alemanes abrieran una coral dedicada a Bach cerca de Auschwitz, aunque hayan pasado tantos años, sería considerada una iniciativa monstruosa”. “No tengo nada contra el Islam, pero me pregunto: ¿Por qué aquí?, afirma Sipos.

Vecinos y víctimas del 11-S, contra el proyecto

Una gran parte de las víctimas del atentado del 11-S se muestran contrarias a la construcción de la mezquita, creen que la herida aún está abierta y que el proyecto atenta contra su sensibilidad. Rosemary Cain, cuyo marido murió en los atentados –era bombero- se expresa abiertamente: "Creo que es despreciable. Es un lugar sagrado" e indica que "esto, es una bofetada en la cara".

Bill Doyle, quien también perdió un hijo entre las 3.000 víctimas, se hace la misma pregunta que Rosemary: "¿Cómo puede alguien darles permiso para construir una mezquita aquí?". Doyle va más allá y anticipa nefastas consecuencias: "Lo que yo temo es que se convierta en otra zona de protesta, un lugar de encuentro para los radicales" añadió.

El vecindario también ha recibido la noticia como un jarro de agua fría: "Este es el barrio equivocado para poner la mezquita" asegura Scott Rachelson, que trabaja con personas que buscan compensación por los daños sufridos el 11-S: "Aún se siente como si hubiera sido ayer", asegura.

De esta misma opinión se declara una vecina de la zona, Jennifer Wood , cuyo apartamento linda con la futura Mezquita: "Mentiría si dejera que no me puso un poco nerviosa" señalaba. Además, considera que: "Es demasiado pronto, no sé por qué tiene que estar aquí, se trata de una gran ciudad " argumenta Wood.

Aunque es un sentir minoritario, en la zona existen más sensibilidades al respecto. Ángela, una vecina jubilada aseguró a AFP que "los musulmanes pueden ser tan americanos como cualquier otro". Para ella, el debate se sitúa en otro lugar al que manifiestan las víctimas: "No creo que el Islam sea lo mismo que el terrorismo. Hay gente loca en todas partes" zanjó.

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