Cuando se comenzó a hablar sobre la posibilidad de que Néstor Kirchner se convirtiera en nuevo secretario general de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), muchas voces se alzaron para mostrarse en contra aunque muy pocos, o casi nadie, se atrevió a proponer nombres.
Desde Argentina, la opositora Elisa Carrió -diputada por la Coalición Cívica- indicó que la elección de Kirchner "sería una tragedia para América que Kirchner sea nombrado al frente del Unasur porque es importante que ese cargo sea para un hombre democrático" y dijo que sería como si fuera designado Hugo Chávez. Además, apuntó que "hay que tener mucho cuidado con las instituciones que nacen, porque las personas que son puestas son fundacionales. Las pueden hacer morir o crecer, y sería una tragedia para América". Poco o nada ha servido dicha advertencia.
Impulsada por Ecuador, la candidatura de Kirchner fue vetada en 2009 por Uruguay -cuando aún era presidente Tabaré Vazquez, en especial por el conflicto con Argentina por la instalación de una gigantesca papelera en territorio uruguayo. Su nombre también fue vetado por Perú, mientras que Colombia mantuvo sólo una actitud reticente. Ahora, en especial gracias a la campaña a favor de su designación, las cosas parecen hacerse calmado.
Este lunes, el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, informó de que el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de Unasur -en una reunión previa a la cumbre de mandatarios del martes en un lujoso complejo hotelero de Los Cardales, en el norte del Gran Buenos Aires-, acordó "por unanimidad" proponer a Kirchner para el cargo de secretario general del foro regional. Por lo tanto, si no hay milagro de por medio, el ex presidente será el nuevo secretario general de Unasur.