“Me presionan para que abandone mis peticiones para que anulen la votación. un engaño mayor e importante ha ocurrido. Estoy preparado para probar que aquellos detrás de dicho engaño son responsables del baño de sangre. La continuidad de las protestas pacíficas y legales garantizará alcanzar nuestras metas”, dijo Musavi.
Musavi insta así a continuar las manifestaciones en la calle después de la durísima represión a las que la Policía y los “Basij” han sometido a la población, según Haaretz. El miércoles fue especialmente dura su actuación contra las protestas frente al Parlamento.
Mientras, unos setenta profesores universitarios han sido detenidos por las autoridades iraníes tras mantener el miércoles una reunión con el líder opositor, denunció una página web cercana al líder de la oposición. Los profesores fueron arrestados casi inmediatamente después de dicho encuentro, sin que se hayan revelado claramente los motivos de dicha acción.
Centenares de activistas contra los resultados de las elecciones del 12 de julio han sido arrestados, en unas jornadas que han podido costar la vida hasta de 20 personas, en principio. El gobierno de Ahmadineyad ha dispuesto un juzgado especial para lidiar con dichos arrestos en lo que se ha acabado convirtiendo en la mayor ola de protestas desde la denominada Revolución Islámica, proclamada en 1979.
180 diputados protestan
Más de 180 diputados de los 290 que componen el Parlamento iraní no asistieron a la fiesta a la que habían sido invitados para celebrar la victoria electoral del presidente Mahmud Ahmadineyad, según informan algunos medios locales recogidos por la BBC y afirma Europa Press.
Aproximadamente 50 diputados iraníes son reformistas, por lo que no se esperaba que asistieran a la fiesta, pero uno de los parlamentarios que no acudió tampoco fue el presidente de la Cámara, Alí Lariyani, tradicional aliado de Ahmadineyad que, sin embargo, ha estado en desacuerdo con algunas de las medidas tomadas contra las protestas de las últimas semanas.
Según Europa Press, para el jueves se han convocado nuevas manifestaciones a pesar de que la celebrada el miércoles frente al Parlamento, en el centro de Teherán, se saldó con decenas de heridos tras la intervención de la Policía, una respuesta que se ha hecho casi habitual en estas protestas y que ha provocado las críticas tanto dentro del país como de la comunidad internacional.
La represión en Irán a raíz de las masivas protestas que denuncian fraude electoral ha llevado a las autoridades a restringir el trabajo de los corresponsales extranjeros, que no pueden cubrir actos en la calle, y a la detención de decenas de activistas, periodistas y profesores universitarios, lo que ha provocado gran división entre la clase política, dice Europa Press.
Tal y como señala la agencia, la ausencia de más de 180 diputados en la fiesta organizada el miércoles para celebrar la elección de Ahmadineyad puede ser muestra de esta división, no tanto por las irregularidades en las elecciones admitidas por el Consejo de Guardianes, sino por la respuesta de las autoridades a las protestas civiles, indica la BBC.