Poco ha tardado Zapatero en utilizar de nuevo a Moratinos, que no brillaba precisamente por su eficacia, como ministro de Exteriores. A pesar de su reciente destitución a favor de Trinidad Jiménez, el jefe del Ejecutivo le ha enviado a Argelia para que intente mediar en la crisis del Sáhara pese a que el motivo que esgrime el Ejecutivo es salvar la cumbre de la Unión para el Mediterráneo prevista para dentro de diez días en Barcelona.
Moratinos realiza este viaje a petición expresa del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, e incluso el diario argelino Tout sur l'Algerie le identifica como un "enviado especial" del jefe del Ejecutivo español.
La visita, aunque prevista de antemano, según Exteriores, coincide con el asalto por parte de las fuerzas marroquíes del campamento de protesta saharaui próximo a El Aaiún, capital del Sáhara Occidental.
Moratinos fue recibido a su llegada al aeropuerto de Argel por el titular de Exteriores argelino, Mourad Medelci, como si todavía ejerciera como ministro. De hecho, tal y como informa El País, el ex ministro acudió en un avión de la Fuerza Aérea y, aunque su visita no fue anunciada por Moncloa, sí que lo fue por el Gobierno argelino a través de la agencia estatal puesto que después estaba previsto que se reuniese con el presidente Buteflika.
La polémica saltó ayer cuando el mismo diario de Prisa anunció que el Gobierno español sabía que Marruecos iba a asaltar el campamento saharaui después de que el titular de Exteriores marroquí hubiera informado a Trinidad Jiménez. Primero Jáuregui en el Congreso y luego la propia Jiménez desde Iberoamérica se apresuraron en negar esta información. Sin embargo, El País insiste este jueves en que Marruecos sí hizo llegar al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero su intención de desmantelar dicho campamento.