El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, aseguró este domingo en La Habana que su segunda visita a Cuba ya no es "controvertida" sino de "normalidad" y tiene como objetivo principal "seguir fortaleciendo las relaciones" con este país dentro de la "nueva política" hacia la isla que se marcó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
En unas breves declaraciones a la prensa al inicio de su visita, Moratinos subrayó que su primer viaje a la isla en abril de 2007 marcó "una nueva política en un contexto donde Cuba se encontraba un poco aislada de la comunidad internacional" y "abrió un camino, una nueva manera de fortalecer las relaciones con un pueblo y un país de enorme importancia para España como es Cuba".
Ahora, según el ministro, más de dos años después, "ya es una normalidad visitar Cuba" puesto que en este tiempo han pasado por la isla "muchos visitantes europeos y latinoamericanos", tanto presidentes como ministros de Exteriores. Por tanto, incidió, "lo que en su momento fue una visita controvertida ahora ya es una visita de normalidad que tiene lógicamente como objetivo seguir fortaleciendo las relaciones" bilaterales.
Para ello, adelantó que este domingo mantendrá un almuerzo privado con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez, previo al encuentro oficial y posterior almuerzo de trabajo que mantendrán ambos mañana. El estrechar la relación personal con el nuevo canciller cubano, que sucedió en el cargo a Felipe Pérez Roque tras la destitución de éste a principios de año, es uno de los objetivos que se ha marcado Moratinos para esta visita.
Presidencia de la UE
Además como explicó él mismo durante el recorrido por distintos puntos históricos de la Habana Vieja en compañía del historiador de la ciudad, Eusebio Leal, los encuentros que mantenga estos dos días en Cuba serán también "una oportunidad para ir preparando la presidencia de España de la Unión Europea".
Según han explicado fuentes diplomáticas, tanto España como Cuba desean que la Unión Europea ponga fin a la posición común fijada por los europeos en 2003 a raíz de la ola represiva contra la disidencia de la isla que se saldó con la detención de 75 intelectuales, periodistas y opositores en marzo de ese año y que se ha dado en llamar 'Primavera Negra'. Tanto Madrid como La Habana quieren que entre la UE y la isla se firme algún tipo de acuerdo de cooperación, aún por perfilar y determinar.
Esta es sin duda una de las cuestiones que más preocupan entre la disidencia, que considera que La Habana no ha hecho ningún gesto para merecer un cambio de actitud por parte de los Veintisiete y que que lamentan que España sea el país a imitar en la política hacia Cuba, ahora que el Gobierno Zapatero ha optado por obviar a los movimientos pro Derechos Humanos y democracia en el país. No en vano, Moratinos no tiene previsto reunirse con representantes de la disidencia durante esta visita, como ya ocurriera en la anterior.
El ministro de Exteriores, además de su visita en compañía de Eusebio Leal y su almuerzo con el canciller, tiene previsto reunirse esta mañana, dentro de su agenda privada prevista para el domingo, con el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, en el Arzobispado, y esta tarde ofrecerá una recepción a representantes del mundo de la cultura cubana en la residencia del embajador español, Manuel Cacho.
Así las cosas, Moratinos se mostró convencido de que estos "dos días de trabajo" y los encuentros que mantendrá -podría ver también al presidente Raúl Castro, según fuentes diplomáticas- le permitirán "seguir trabajando y construyendo una relación de confianza y de respeto mutuo" con Cuba.