(Libertad Digital) Después de "30 años de conflicto", Moratinos justificó el "abandono" del principio de "neutralidad activa" de España como antigua metrópoli y como reconoce las resoluciones de Naciones Unidas sobre el contencioso. El ministro de Exteriores defendió, también, la postura mantenida por el presidente del Gobierno español, por ser el máximo responsable de la "política exterior" e incluyó por primera vez desde el inicio de la polémica "el respeto" del "principio de autodeterminación". E insistió: "Buscamos un diálogo directo de todas las partes".
Moratinos respondió con estas palabras a las preguntas del diputado popular, Gustavo de Arístegui, durante la sesión de control al Gobierno. En su intervención, Arístegui acusó al actual Gobierno de realizar una política exterior "errónea" y lamentó que sean los españoles los que acaben pagando los platos rotos. Puso el ejemplo del anuncio de la subida del gas por parte de Argelia después de que el presidente español diera muestras de su debilidad marroquí. "Una subida que tendrá una repercusión directa en el IPC" y se preguntó cuál será la respuesta del Gobierno a los españoles.
El conflicto del Sáhara, también, ocupó parte de la sesión de control de la Cámara Alta. El senador catalán, Josep Piqué, reprochó la postura del Gobierno socialista y le exigió que reconociera el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui como "condición previa 'sine qua non'".
Al final de su intervención, Moratinos abundó, de nuevo, en el plan de autonomía del rey Mohamed VI y contempló el remoto supuesto de que sea "mutuamente aceptable", a juzgar por el público y firme rechazo del Frente Polisario. E insistió: si "los propios saharauis" lo asumen, lo "aceptará cualquier ciudadano mundial". Sin embargo, los líderes del Sáhara Occidental no han cejado de mostrar su más rotunda oposición al programa regional elaborado de forma unilateral por Marruecos.