(Libertad Digital) 2009 tiene visos de ser un auténtico annus horribilis para la ministra de Defensa, Carmen Chacón. Protegida hasta este año en una burbuja creada a base de muchas imágenes y ni una rueda de prensa ni comparecencia pública, lo que le permitía ser uno de los ministros del Gobierno Zapatero mejor valorados, en los últimos seis meses su trabajo al frente de Defensa va de patinazo en patinazo.
El atropellado anuncio de retirada de las tropas de Kosovo, el incontrolado brote de gripe A en la Academia militar de Ingenieros de Hoyo de Manzanares, los militares en la calle manifestándose contra la Ley de Carrera Militar e interponiendo quejas ante el Defensor del Pueblo y, ahora, la polémica por la participación o no de militares españoles destinados en Líbano en la detención de espías irlaelíes.
La polémica saltaba esta mañana, durante una video-conferencia entre la titular de Defensa y el jefe de las tropas españolas desplegadas en Líbano. El general de Brigada José María Prieto, jefe de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable (BRILAT), informaba a Chacón de que el contingente español que lidera la Brigada Multinacional Este de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) está participando en la "búsqueda de una célula de espías israelíes" en territorio libanés que se está desarrollando desde hace unos días y que ya ha permitido realizar "varias detenciones".
"Durante la semana, destacar que se ha continuado con estas labores que se están haciendo de búsqueda de la célula de espionaje israelita. Ha habido varias detenciones. Lo que decir que en la zona provocan siempre una sensación de recelo porque piensan y creen que cuando alguien se pone cerca está buscando información que puede ser utilizada de forma hostil para ellos", afirmó el general Prieto, tras ser preguntado por las novedades de su contingente en una videoconferencia con la ministra de Defensa, Carme Chacón.
Tras estas palabras, saltaba la polémica y el ministerio de Defensa intentó por todos los medios reconducir la situación. Fuentes del departamento de Carmen Chacón consultadas por Efe y Europa Press se apresuraron a negar la participación de las tropas españolas en esa operación. Según decían, los militares españoles, encuadrados en la misión FINUL de Naciones Unidas, no participan en esa operación de inteligencia que llevan a cabo las fuerzas de seguridad libanesas en la frontera sur entre Líbano e Israel.
Pero los intentos de Defensa no fueron suficientes, y la propia ministra se vio obligada a negarlo en persona. Lo hizo en los pasillos del Congreso de los Diputados, donde insistió en que los militares del contingente español "no han participado" en esa operación, tras lo cual pidió disculpas por la supuesta "confusión".
Tras la ministra, para salir definitivamente del entuerto, el general de Brigada José María Prieto hacía pública una nota en la que aseguraba que las "detenciones" a las que había hecho alusión en su video-conferencia de la mañana estaban referidas "exclusivamente" a las Fuerzas Armadas y de Seguridad libanesas, y que "ni las tropas españolas ni las de la FINUL han participado en ninguna operación contra las células de espionaje israelíes".
Fuentes militares consultadas por Libertad Digital recordaron que la función de las tropas españolas desplegadas en Líbano es acompañar y asesorar en su trabajo diario y en sus intervenciones a los miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad libanesas, que hasta la entrada en el país de la FINUL no trabajan en la zona sur del país, controlada por los terroristas de Hezbolá.
Así, las tropas españolas acompañan a una pequeña distancia a los agentes o militares libaneses cuando realizan sus trabajo, por lo que si un agente o militar local detiene a una persona, a una distancia prudencial siempre habrá un efectivo de la FINUL que le corrige en el momento o a posteri si ha cometido algún error en su forma de actuar. Esos militares internacionales desplegados en la zona sirven también para disuadir posibles ataques de los terroristas de Hezbolá a los militares y agentes libaneses.
Estas fuentes señalaron que la polémica se podía haber generado por el uso de un lenguaje impersonal por parte del general Prieto y consideran que el hecho de que ninguno de los militares presentes en la video-conferencia saltase ante las palabras de Prieto hace ver que estaban al tanto de la situación y que, por tanto a ellos, las palabras del jefe de las tropas en Líbano no les llevó a equívoco.
Según apuntaron, ésto no habría pasado si Prieto hubiese utilizado un lenguaje más directo, o si el ministerio de Defensa hubiese asesorado al final de la video-conferencia a los periodistas que acudieron al acto, explicándoles lo tratado en la sesión para evitar posibles dudas. Asimismo, criticaron el hecho de que los medios de comunicación sean testigos directos de estas video-conferencias, ya que en muchos casos se tratan temas que son continuación de otros tratados en días anteriores y, como es lógico, los interlocutores los tratan dando por conocida la introducción a la conversación, que evidentemente los militares presentes en la charla conocen, pero no así los medios de comunicación, lo que da lugar a polémicas como la generada. Asía, apuestan por informar de estas video-conferencias cuando ya se han realizado.