L D (EFE) Según diversos testimonios que recoge la prensa holandesa, Karst T. era retraído y tenía pocas relaciones con el vecindario de Huissen (a 40 kilómetros de Apeldoorn, en el centro de Holanda) donde vivía.
El hombre había perdido recientemente su trabajo en una empresa de seguridad y también debía abandonar su vivienda; según el propietario del apartamento, tenía una cita el viernes, 1 de mayo, para entregar las llaves al nuevo inquilino.
El propietario, citado por el diario De Telegraaf, recalca que nunca le dio problemas y que siempre pagaba el alquiler a tiempo, pero la semana pasada le comunicó que ya no podía hacer frente a ese gasto, por lo que tenía que dejar el piso.
Las autoridades han confirmado que Karst T., de 38 años y nacionalidad holandesa, no tenía antecedentes policiales y tampoco de problemas mentales.
Un amigo del agresor, citado bajo seudónimo por De Telegraaf, considera que la acción de Karst T. -que trató de embestir al autobús en el que se encontraban la reina Beatriz y su familia, sin éxito, y acabó llevándose al público por delante- fue un acto de desesperación.
Según este hombre, al verse sin trabajo, sin casa y sin dinero, Karst T. habría querido vengarse de la empresa de seguridad que lo despidió demostrando los fallos del sistema de seguridad en el desfile de Apeldoorn.
Los vecinos describen como retraído al agresor del Desfile de la Reina en Holanda
El conductor que murió tras embestir a varias personas en el desfile del Día de la Reina, matando a siete de ellas, ha sido definido como solitario y retraído, no problemático. Postulan que trataba de vengarse y demostrar los fallos de seguridad de la empresa que lo despidió, encargada del desfile.
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