Los tres han recibido cruces al mérito militar con distintivo rojo, la máxima condecoración para los fallecidos en actos heroicos, en un acto al que, además del jefe del Ejecutivo, asisten los ministros de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; y Defensa, Carmen Chacón; los presidentes de Castilla-La Mancha, José María Barreda; y Madrid, Esperanza Aguirre; y el líder del PP, Mariano Rajoy.
En el avión, un Airbus A-310 del 45 Grupo de la Fuerza Aérea española, han viajado, custodiando los restos mortales, el jefe de Estado Mayor de la Defensa, general del Aire José Julio Rodríguez, y el director de la Policía y de la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez.
Los coches fúnebres con los restos mortales de los dos guardias civiles y el traductor asesinados ayer en Afganistán llegaron al Instituto Anatómico Forense, donde se les practicará la autopsia antes de ser trasladados a Logroño y a Zaragoza, que albergarán los funerales por su muerte.
Tras practicarles las respectivas autopsias en el Instituto, situado en la Ciudad Universitaria de Madrid, los cuerpos de Bravo y Galera serán trasladados a Logroño, concretamente al Centro de Adiestramientos Especiales de la Unidad de Acción Rural (UAR), con base en la capital riojana, en el que estaban destinados los dos agentes del Instituto Armado. Allí se oficiará un funeral que estará presidido por los Príncipes de Asturias que llegarán este jueves a España procedentes de Grecia.
Por su parte, el traductor de nacionalidad española y origen iraní, será trasladado a Zaragoza, donde se encontraba afincado desde hace treinta años. Allí se realizará otro funeral, en este caso en la intimidad por expreso deseo de la familia.