L D (Agencias) Los artistas "de la ceja" ya adelantaron este viernes cuál iba a ser el espíritu de la protesta, pero lo que se ha visto este domingo ha superado cualquier expectativa. Tras una pancarta en la que se podía leer "Paremos el genocidio en Gaza", unas 250.000 personas, según la organización, desfilaron por el centro de Madrid con el respaldo del PSOE, IU, sindicatos, colectivos musulmanes y los artistas e intelectuales habituales de este tipo de protestas.
Entre los lemas que se cantaron estuvieron algunos como "No es una guerra, es un genocidio" y "todos somos palestinos". Pero quizás lo más reseñable fueron algunas de las pancartas que pudieron verse: desde acusaciones de "terrorismo de Estado" a banderas de Israel con la esvástica en lugar de la estrella de David. Había alguna que incluso llegaba a mofarse del Holocausto.
También hubo manifestantes que portaban ataúdes y muñecos que simulaban a niños víctima de los bombardeos y proclamas de Alá es grande. A lo largo de la manifestación, un grupo de palestinos quemó varias banderas israelíes al grito de "asesinos".
Entre los actores que secundaron la marcha estuvieron Candela Peña, Verónica Forqué, Antonio San Juan, Juan Diego Botto, Diego Toledo, Hugo Silva o Pilar Bardem. Junto con cineastas como Iciar Bollaín o escritoras como Lucia Extebarria, participaron representantes del PSOE –Pedro Zerolo–, IU y los sindicatos CCOO, UGT y USO.
El manifiesto
Al llegar a La Puerta del Sol, lugar donde culminaba la concentración, dos manifestantes se subieron a la estatua ecuestre del rey Carlos III, a quien colocaron un pañuelo y una bandera palestina, algo que desató el aplauso de los manifestantes. Después llegó el turno de los discursos.
El ex director de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, la actriz Carmen Machí y la periodista Rosa María Mateo exigieron "el fin de la agresión de Israel contra Gaza" y reclamaron la intervención "decidida y urgente" de la comunidad internacional para imponer un alto el fuego permanente en la zona. De las agresiones de Hamas, ni una palabra.
El ex director de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura subrayó la necesidad de que este organismo internacional se haga "fuerte" y condenó la "injustificable e inhumana", en su opinión, acción militar de Israel, país que "vulnera" el Derecho Internacional y "olvida" la situación de emergencia humanitaria en Gaza.
El embajador de Palestina en España, Musa Amer Odeh, que formaba parte de la cabeza de la manifestación, exigió "el cese inmediato del fuego" y "la retirada de las fuerzas israelíes en Gaza", y añadió que España "es un país amigo" porque siempre "ha estado apoyando la causa palestina".
El secretario de Movimientos Sociales del PSOE, Pedro Zerolo, se marchó rápidamente de Sol al término de la marcha. Antes, había declarado que su objetivo con su participación en una manifestación que acusaba de genocidio a Israel era "pedir la parada de la masacre y protestar en contra de la intervención militar de Israel y a favor del alto el fuego".
Apedrean la embajada
Pese a todo, lo más grave llegó después de la manifestación. Tras la marcha, un numeroso grupo de personas que había participado en ella lanzó piedras y otros objetos contra la sede oficial de la embajada de Israel. Primero acudieron a la Embajada de Estados Unidos, situada en la calle Serrano, y luego se trasladaron a la de Israel, muy próxima, en el número 150 de la calle Velázquez.
Allí se congregaron unas mil personas que lanzaron piedras y otros objetos contra la embajada, ubicada en el séptimo piso, y que en su mayoría impactaron en las ventanas de los pisos inferiores. Los congregados rompieron un total de 37 cristales e hirieron a dos agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) que tuvieron que ser atendidos por el Samur, aunque su estado es leve.
La Policía cargó para dispersar a los manifestantes y detuvo a un ciudadano argelino que tiene una orden de expulsión de España porque está en situación irregular. Ante hechos como estos, la Embajada de Israel emitió un comunicado en el que censuraba la "doble moral" de los asistentes, que nunca han condenado los ataques que sufre la población israelí a manos de los terroristas de Hamas.