Los extractos del libro que Aleksandr I. Solzhenitsyn publicó en 1973 , "El archipiélago Gulag", ahora serán de lectura obligatoria para los estudiantes según ha establecido el Ministerio de Educación de Rusia.
El Primer Ministro Vladimir Putin está tratando de restaurar el orgullo del pasado soviético, por lo que esta decisión podría ser un reflejo de la lucha por el establecimiento ruso para reconciliar aquél orgullo con las libertades que los rusos ahora dan por sentado, casi 20 años después de la caída de la la Unión Soviética y la transición democrática y el libre mercado.
El Gobierno ruso lleva años intentando controlar cómo se enseña la historia, eliminando sistemáticamente los libros que se apartan de la opinión oficial. Sin ir más lejos, en 2003 las autoridades prohibieron un texto histórico crítico con Stalin, el dictador más fácilmente identificable con el gulag soviético.
"El archipiélago Gulag" inicialmente se distribuyó clandestinamente por el metro, y pronto su traducción llegó a Occidente. El libro de tres volúmenes dio al mundo exterior una relación detallada de la detención y el asesinato sistemático de millones de rusos en los campos de trabajo y las cárceles ideadas por Lenin y que Stalin se encargó de extender.
El autor ganó el Premio Nobel de Literatura en 1970 y se basó en sus propias experiencias en los diferentes campos de trabajo en la década de 1940. Pero el testimonio fundamental fue el de los prisioneros que sobrevivieron a la principal matanza del Departamento de Campamentos de Trabajo Correctivo y Colonias, el nombre de el sistema de campos que en ruso forman el acrónimo Gulag.
Stalin, quien murió en el cargo en 1953, fue votado recientemente por los rusos como su tercera figura histórica, y se escribieron palabras alabándolo en el vestíbulo de las principales estaciones de metro de Moscú. Otros libros de Solzhenitsyn se enseñan en las escuelas de Rusia, pero la elección de "El archipiélago Gulag" parecía ir en contra del nostálgico hacia Stalin por parte del Kremlin.
No obstante, los activistas del derechos humanos se muestran renuentes a llamarlo cambio. Lev Ponomaryov, que estudia el repudio de las campañas rusas al estalinismo, ha dicho que el Kremlin estaba preocupado de que la popularidad del Partido Comunista aumentaba en un momento de crisis económica. "La introducción de los libros es una manera bastante buena para disminuir la popularidad de los comunistas entre los jóvenes", dijo.
El Ministerio de Educación sólo dijo que la decisión se había tomado para "compartir el patrimonio histórico y cultural fundamental", que figura en el libro de Solzhenitsyn. No obstante, no desveló cuándo comenzaría a enseñarse.
Al margen de los motivos gubernamentales, Ponomaryov dijo que agradecía el hecho de una educación basada sobre el gulag, porque "la generación más joven debe saber sobre de los crímenes del bolchevismo y el estalinismo en Rusia".