LD (EFE) La tortura institucionalizada y sistemática para reprimir a los disidentes y aterrorizar a la población alcanzó en el Chile de Pinochet el extremo de la barbarie, según el informe entregado al presidente del país, Ricardo Lagos. El texto, que contiene testimonios de unas 35.000 personas, fue entregada por una comisión presidida por el obispo católico Sergio Valech.
El trabajo, del cual se conocieron algunos fragmentos, constata también que la práctica de la tortura no comenzó con el golpe militar que Augusto Pinochet encabezó el once de septiembre de 1973, sino antes, cuando un centenar de marinos que simpatizaban con el Gobierno de Salvador Allende fueron maltratados de forma salvaje por sus compañeros de armas.
El director de Carabineros, general Alberto Cienfuegos, quien asumió la jefatura el 27 de noviembre del 2001, dijo ante corresponsales extranjeros que "no podemos desconocer el pasado, es una cuestión que nadie puede poner en duda, pero yo respondo desde que se me entregó el mando de la institución".
Aunque el texto completo no se conocerá públicamente hasta que el presidente Lagos lo exponga ante el país, se conocieron algunos párrafos del informe y han causado horror, como es el caso de los marinos detenidos en agosto de 1973 acusados de tener un plan para apoderarse de los barcos de la Escuadra de Marina. Los acusados permanecieron colgados desnudos en cruces de madera a la intemperie durante días. Se les golpeó y aplicó electricidad, además de ser privados de agua y alimentos. Después se les encerró desnudos en tambores de gasolina que eran echados a rodar por pendientes, obligados a arrastrarse desnudos bajo redes de alambre de púa colocadas a escasa distancia del suelo cubierto de piedras aguzadas y vidrio molido.