La ministra de Exteriores española continúa dando bandazos, demostrando su absoluta falta de criterio. Todo, con tal de "dialogar" y dejar en buen lugar al caudillo venezolano.
Chávez ofreció ayer crear una "comisión de países amigos" que ayudase al sátrapa libio a sofocar las protestas, como grandes valedores de la democracia que son: lo compondrían la Liga Árabe y los países bolivarianos bajo control chavista.
La propuesta le pareció descabellada hasta al propio hijo de Gadafi, que descartó el ofrecimiento, negando la mayor. "No sé nada sobre esto. Es como si yo fuera a propiciar un acuerdo en el Amazonas" dijo Said el Islam Gadafi. Aún así, a la ministra de Exteriores española le sigue pareciendo un correcto plan de actuación que Venezuela sea la que sofoque las revueltas sobre el terreno.
Este jueves, preguntada por la insólita propuesta, Jiménez primero dijo desconocer "el contenido y el objetivo de la propuesta" y aún así la apoyaba "si de lo que trata es de ayudar.
Objetivos a todas luces absurdos, ya que Chávez ha hecho bandera de su respaldo al sátrapa Gadafi, que está bombardeando a su población indiscriminadamente. El caudillo venezolano lo llama tranquilamente "amigo" y se niega a creer los atropellos a los libios llevados a cabo por el régimen.
Con este, se suma otro despropósito de la política exterior de Trinidad Jiménez, que ha brindado su apoyo a un plan que ni siquiera conocía.