"Los organizadores del barco han elegido ignorar la invitación para descargar en el puerto de Ashdod, desde donde sería transferido el material a la Franja de Gaza tras la inspección pertinente", de acuerdo con la nota, colgada en el blog de la Oficina del Portavoz del Ejército.
Así, los integrantes de este séptimo buque de la flotilla islamista mal llamada "pacifista" mantiene el desafío a Israel haciendo caso omiso de las advertencias del Ejército. De momento, les han ofrecido atracar en el puerto israelí de Ashdod para descargar su presunta carga solidaria, sin que los activistas hayan accedido.
Las informaciones desveladas hasta esta hora indican que el ejército se limita a custodiar y escoltar al "Rachel Corrie" y no se ha producido ningún abordaje. Pese a tener "inhibidos" los sistemas de comunicación, tal y como denuncian los activistas del buque rezagado, una de sus integrantes Jenny Graham, se ha puesto en contacto con una ONG de apoyo a Palestina para denunciar precisamente que los equipos de comunicaciones habían sido inhibidos por la Armada israelí. De momento esperan que su teléfono satélite también fuese bloqueado de manera inminente".
Es el segundo llamamiento de los dos navíos militares de Israel que es rechazado por los supuestos pacifistas. El Ejército israelí está desde el viernes acompañando al navío de la flotilla para que ponga rumbo al puerto israelí de Ashdod. Una portavoz del Ejército israelí aseguró que "el barco irlandés sigue ruta hacia Gaza".
Precisamente, este viernes por la tarde los tres españoles de la flotilla llegaron al aeropuerto barcelonés de El Prat, donde fueron recibidos por familiares y amigos como héroes. Pese a que, tal y como denunciaron, "han matado a 10 compañeros", su actitud era desafiante y eufórica, llegando a exigir la expulsión inmediata del embajador israleí en España, Rafael Shutz.
Además, pese a calificarse de pacifistas, no dudaron en mostrar su satisfacción por la advertencia de Turquía de que está dispuesta a entrar en guerra con Israel.