En una conversación telefónica con Libertad Digital, Martha Lorena Alvarado de Casco ha criticado duramente al Gobierno brasileño, no por recibir a Manuel Zelaya dentro de su sede diplomática, sino por permitir que desde ella haga declaraciones políticas y llame a la insurgencia y a la violencia en el país. Además, recordó que "desde ahí ha proclamado su retorno a Honduras, con lo que viola todo el derecho diplomático y con la venia del Gobierno de Brasil ha agredido de manera directa la soberanía de nuestro país".
Sobre las especulaciones en torno a la manera en que regresó Zelaya a Tegucigalpa, la vicecanciller se remitió a la versión ofrecida por el presidente Micheletti este lunes. Según éste, Zelaya entró a Honduras de madrugada en helicóptero desde Guatemala ayudado por un conocido político hondureño y depositado en la embajada de Brasil. Sin embargo, otras fuentes han señalado a Libertad Digital que la llegada a la sede brasileña se realizó a través de un coche de la embajada argentina aunque ésta versión no ha podido ser confirmada.
Alvarado de Casco ha informado que Zelaya fue recibido en la embajada no como asilado político sino como un huésped y que posteriormente la cancillería pidió a la embajada que retire a su misión de Honduras, en reciprocidad a la petición que hizo Brasilia, y que entregue a Zelaya a las autoridades o lo saque el país en calidad de asilado político. Además, dijo que no se puede desconocer que la embajada está situada en territorio hondureño y tiene que respetar los estamentos jurídicos. Sin embargo, apuntó que este lunes la sede se convirtió en en el "cuartel general" de Zelaya donde desde la terraza daba discursos azuzando a sus seguidores y a sus turbas. Esto, apunta, obligó al desalojo de la zona.
La vicecanciller se mostró además muy sorprendida de que esto ocurriera con un país como Brasil: "Es un escándalo, considerando lo delicado y sofisticado que es la diplomacia ahí, que se haya tolerado y que se haya permitido una situación semejante, la cual no hubiese sido de ninguna manera en Brasil en una situación similar". Esto demuestra -dice- la falta de coherencia del derecho internacional ya que "hay una discriminación cuando se trata de países pequeños como en el caso de Honduras". Para ella, "el problema de Honduras se debe de arreglar en Honduras y el señor Zelaya tiene dos alternativas: o se entrega a la Justicia o se va a Brasil". Ve en la decisión de Zelaya como "una demostración física a Hugo Chávez de que él tenía el valor de volver a Honduras e que iba a estar rodeado de su gente. Estaba en deuda con Chávez y tenía que hacerlo en algún momento".
Quiso dejar en claro cuáles eran las intenciones de Zelaya: "Nos sigue diciendo que no cree en las elecciones e insiste en su frase de 'Restitución o Morir', pero habla de una restitución por sólo dos meses. Esto -agrega- para cualquier es sospechoso de que no quiere hacerlo sólo por dos meses sino rodearse de gente para tener un escudo humano".
Por último se mostró esperanzada de que la situación mejore para Honduras sobre todo después de las elecciones del 29 de noviembre. Cree que la posición de Panamá -que ha anunciado que reconocerá al nuevo presidente si los comicios son limpios- es importante ya que podría abrir un espacio para que otros países hagan lo propio y levanten su voz.
"Estamos con el entusiasmo en alto"
En otra comunicación con Libertad Digital, el secretario general del Foro Nacional de Convergencia, Leonardo Villeda Bermúdez, ha señalado que desde las organizaciones "estamos con el entusiasmo en alto para seguir con esta democracia que se quiso romper". Sobre la entrada de Zelaya al país, Villeda no la ha calificado de "ilegal" ya que se trata de un ciudadano hondureño aunque en el momento de hacerlo "sabe que tiene que someterse a la justicia hondureña por todos los casos que hay en su contra".
Villeda Bermúdez ha recordado que mientras Brasil no haga la solicitud formal de asilo político para Zelaya, está incurriendo en una intromisión ya que tiene una sede pero "no mantiene relaciones con nosotros". Además, apuntó que los alrededores de la embajada fueron tomados por muchos seguidores del ex presidente y que por esa razón se tuvo que sacarlos ya que había un toque de queda que no habían respetado.