L D (EFE) En declaraciones a los medios a su llegada al aeropuerto de Barajas, Luis Herrero se ha referido a lo manifestado por la secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE, Elena Valenciano, quien este sábado decía que "los observadores internacionales no pueden intervenir durante un proceso electoral".
El eurodiputado ha contestado que ellos no son "observadores sino invitados de la oposición" y "no tenemos estatuto de observador". También ha insistido en que lo que ha visto y oído le parece "absolutamente impresentable", y lo dirá aquí y "donde haga falta".
Herrero ha añadido que no se arrepiente "absolutamente de nada" de lo que ha dicho y no le quita "ni una coma" y, además, le parecería "una falta de principios mantener una equidistancia formal con una persona que está arrasando con las libertades de los ciudadanos", en referencia al presidente Hugo Chávez.
Pide libertad para los venezolanos
El eurodiputado ha explicado que lo que a él le ha pasado es "una anécdota", pero los venezolanos que están allí "son los que están sufriendo los desmanes de un tipo que no entiende las reglas de una democracia y están padeciendo sus consecuencias", por lo que ha apelado a "solidarizarse" con ellos.
Herrero ha añadido que lo única que desea es que los venezolanos tengan la capacidad de expresarse y vivir en libertad, "y de tener un régimen democrático que les permita desarrollar la dignidad a la que tienen derecho los seres humanos".
A la pregunta de si se sintió respaldado por la Embajada española, Herrero ha insistido en que no puede responder a esa cuestión desde el momento en que estuvo incomunicado, le quitaron el móvil y le embarcaron sin conocer su destino y no tenía "ni la más remota idea de lo que estaba pasando en el mundo exterior".
No obstante, ha comentado que, a partir de lo que ha hablado con el eurodiputado Carlos Iturgaiz y el resto de eurodiputados del PP que se han quedado en Caracas, parece que "no se han portado muy bien y nadie de la Embajada ha ido a estar con ellos".
Herrero ha reiterado sus denuncias sobre el trato del que fue objeto, cómo le sacaron en volandas del hotel y le embarcaron con viaje a "destino desconocido", le mantuvieron incomunicado y no le permitieron hablar con nadie
A partir de Sao Paulo, ya fuera de Venezuela, la situación fue más plácida y menos truculenta y allí esperó "tranquilamente en el consulado" el avión que este domingo le trajo a Madrid.