Según cuenta la agencia de noticias Ma’an, el pasado sábado se inauguró en el club As-Sadaka la primera piscina olímpica, de la Franja de Gaza. Hay que reseñar que para ser considerada olímpica una piscina debe medir 50 metros de largo por un mínimo de 21 de ancho.
Pese a que las restricciones de agua son una de las grandes quejas más frecuentemente repetidas por Hamas y sus acólitos, para llenar esta piscina se necesita un mínimo de dos millones y medio de litros del líquido elemento.
Al acto de inauguración acudieron, tal y como informa Ma’na ministros del gobierno de Hamas en Gaza, miembros del Consejo Legislativo Palestino, dirigentes de los órganos rectores islámicos de la Franja, así como los miembros y atletas del club.
Restaurantes caros
Tal y como cuenta el periódico canadiense National Report, uno de los poquísimos medios occidentales que se ha hecho eco de la noticia, la mayor parte de las ciudades israelíes no cuentan con una piscina de estas características, pero no es algo tan sorprendente en un terreno que, en contra de lo que dice la propaganda habitual, “muchos palestinos en la Franja de Gaza llevan un estilo de vida propio de clase media e incluso de clase alta”.
Incluso hay restaurantes en la línea de las mejores cadenas occidentales en cualquier capital de Europa o Estados Unidos, como el Roots Club que según el autor del artículo en el National Post, Tom Gross, es frecuentado por tropas de la ONU y periodistas que, por supuesto, luego no lo cuentan en sus medios.