El sátrapa Muamar el Gadafi ha lanzado una ofensiva a sangre y fuego contra los grupos tribales armados que se han rebelado contra su régimen y contra la población civil, bombardeos incluidos.
Así lo recogen las crónicas que de la multitud de periodistas, enviados por medios de comunicación de todos los países a Libia. El país árabe está repleto también de reporteros gráficos. Las agencias de noticias sirven cada día cientos de fotos y las televisiones emiten imágenes cada hora.
Sin embargo existe cierta disparidad entre lo que cuentan las crónicas y lo que muestran las imágenes. Las matanzas, se habla de genocidio y crímenes contra la humanidad, que copan los titulares de la prensa internacional no se traducen en las cruentas imágenes que sí eran habituales en otros conflictos.
Si bien el régimen de Gadafi no ha conseguido impedir que la prensa internacional informe con detalle de lo que está pasando, las imágenes de la violencia que está empleando el sátrapa libio brillan por su ausencia. Buena parte de las fotografías que llegan de Libia no son muy diferentes de las que hace semanas retrataban las protestas de Egipto o Túnez.
Lo único que nos permite hacernos una idea de que lo que realmente puede estar pasando dentro de el país son los grupos de refugiados que intentan huir y algunas imágenes de rebeldes armados hasta los dientes o disparando sus tanque en el medio del desierto. Pero no vemos sangre, ni cadáveres, ni fosas comunes ni tan siquiera entierros.