El incidente ocurrió cuando Evo Morales acudió con su equipo del Movimiento al Socialismo (MAS) a la inauguración de la "Cancha Zapata" de la capital boliviana -que estrenaba un nuevo césped artificial- para enfrentarse a otro liderado por Luis Revilla, alcalde de La Paz por el Movimiento Sin Miedo (MSM).
Las cámaras de televisión registraron el momento en el que un adversario comete una falta a un jugador del equipo de Morales. Es entonces cuando el presidente boliviano se acerca a otro de ellos para recriminarle, aparentemente, una falta anterior con él mismo y tras enseñarle su espinilla, le propina un duro rodillazo en los testículos que le hace caer al suelo.
Lo más sorprendente es que el árbitro ni se inmutó por lo ocurrido y ni siquiera le mostró la tarjeta amarilla. De hecho, el agredido fue uno de los dos expulsados del partido y ambos equipos empataron 4 a 4, aunque por el momento no se ha informado si habrá algún tipo de revancha. Eso sí, el parte médico recomienda a Morales "reposo de tres a cuatro días, crioterapia, terapia medicamentosa con anti inflamatorios, analgésicos y relajantes, fisioterapia y vendaje funcional nocturno".
El agredido, Daniel Gustavo Cartagena, buscó al presidente para pedir explicaciones y sus guardaespaldas intentaron detenerle. Fue en ese momento en que el alcalde del La Paz intercedió por él y dijo que "si quieren detenerlo tendrán que llevarme a mi también". Morales apuntó que "agarré el balón, toque y vino un planchazo. Eso es no es fútbol " mientras que Cartagena señaló que "he jugado miles de veces, nunca me pasó esto, no sé qué falta habré podido cometer para que me quieran llevar preso. No sé por qué me expulsaron" y aclaró que "en ningún momento hubo mala intención, nunca quise agredir al presidente".