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Las disputas lingüísticas entre flamencos y francófonos tumban al Gobierno belga

El primer ministro belga, el democristiano flamenco Yves Leterme, presentará hoy la dimisión al Rey, según ha confirmado a la televisión belga RTBF la viceprimera ministra socialista Laurette Onkelinx.

Tras una reunión de urgencia del Ejecutivo, Leterme acudió a palacio para presentar la dimisión de todo el gobierno federal al rey Alberto II, informaron los medios belgas. El desencadenante de esta nueva crisis política en Bélgica ha sido la retirada por sorpresa de la coalición gubernamental del partido liberal flamenco Open VLD, debido a discrepancias insalvables sobre el régimen lingüístico en la periferia de Bruselas.

El monarca puede aceptar la dimisión o rechazarla y pedir a Leterme que intente recomponer una mayoría suficiente, hasta la celebración de elecciones anticipadas.

Matemáticamente, los socios que quedan en la coalición -democristianos flamencos (CD&V), liberales francófonos (MR), humanistas francófonos (CdH) y socialistas francófonos (PS)- disponen todavía de una mayoría en el Parlamento, pero la parte flamenca (CD&V) queda en minoría, lo que resulta insostenible.

El segundo gobierno de Leterme ha caído cuando todavía no había cumplido cinco meses y a poco más de dos meses para que Bélgica asuma la presidencia rotatoria de la Unión Europea tras España. Es la quinta vez que Leterme presenta su dimisión al rey desde que ganó las elecciones en junio de 2007. Ese año renunció dos veces al encargo de formar gobierno, ante la imposibilidad de reunir una mayoría con los partidos francófonos.

En 2008 volvió a renunciar una vez como "formador" y otra ya como primer ministro, a consecuencia del "caso Fortis", por supuestas injerencias sobre el poder judicial que se demostraron después infundadas. El detonante de esta nueva crisis vuelve a ser la disputa en torno al distrito electoral y judicial que rodea a la capital belga, conocido por las siglas BHV (Bruselas-Halle-Vilvoorde).

Los flamencos exigen acabar con la excepción que representan las poblaciones de Halle y Vilvoorde, ambas situadas en Flandes pero donde reside una mayoría francófona. Hasta ahora, los francófonos de esas localidades, pese a vivir en Flandes, han podido votar por listas francófonas en las elecciones, como los residentes en Bruselas, única región bilingüe del país donde existe esa libertad.

El pasado martes, el mediador designado por el rey para proponer una fórmula de solución, el ex primer ministro flamenco Jean-Luc Dehaene, dio por terminada su misión con un informe que proponía compensaciones para los francófonos, pero que fue considerado "insuficiente" por estos partidos.

Aunque la negociación propiamente dicha tenía que comenzar ahora, los liberales flamencos exigieron una solución inmediata al problema de BHV y dieron de plazo hasta hoy al primer ministro para encontrarla, ultimátum imposible de cumplir.

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