L D (EFE) Desde Moscú, el presidente ruso, Dimitri Médvédev, recordó a Obama que las relaciones entre las dos potencias "no viven su mejor momento" y que "el progreso de la cooperación ruso-norteamericana tiene una importancia clave". "No es un secreto que muchos estados se orientan según cómo sople el viento en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos", dijo Medvédev en su mensaje anual sobre el estado de la nación, durante el que anunció que su país desplegará cohetes tácticos en respuesta al escudo antimisiles que EE.UU. planea emplazar en Europa del Este.
En Oriente Medio y Asia Central, dos de las regiones del mundo más conflictivas para Estados Unidos, la elección de Barak Obama ha sido recibida con una mezcla de ilusión y escepticismo. El ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Hoshiar Zibari, saludó la victoria, pero precisó que su país no espera "grandes variaciones" respecto a la política norteamericana en Irak. Hamid Karzai, presidente de Afganistán, pidió al próximo presidente estadounidense cambios en la "guerra contra el terror" que el Ejército estadounidense libra en Afganistán. En Irán, el régimen de los ayatolá entendió el triunfo del senador demócrata como una prueba del fracaso de las políticas de George W. Bush e insistió en que lo que Estados Unidos necesita es un cambio de actitud.
Con la demanda de "un nuevo pacto para un nuevo mundo" saludó la elección de Obama la UE, a través del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. "Necesitamos un nuevo pacto para un nuevo mundo. Espero sinceramente que con el liderazgo del presidente Obama, EEUU aúne fuerzas con Europa para conducirlo. En beneficio de nuestras sociedades, y en beneficio del mundo", destacó Barroso.
En la misma línea se expresaron mandatarios europeos como el presidente francés, Nicolás Sarkozy, la canciller alemana, Ángela Merkel, o el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Merkel dijo que "estoy convencida de que, gracias a la estrecha y confiada colaboración entre EEUU y Europa, afrontaremos de forma decidida los nuevos peligros y riesgos, y sabremos aprovechar las múltiples oportunidades, dijo Merkel.
Por su parte, Sarkozy, por su parte, aseguró que la elección de Obama "suscita una inmensa esperanza (la de unos EE.UU.) "abiertos, solidarios y fuertes que muestren de nuevo con sus socios el camino con la fuerza del ejemplo y la adhesión a sus principios" y preserven así la paz y la prosperidad del mundo. Rodríguez Zapatero reseñó que la llegada del senador afroamericano a la Casa Blanca abre "una nueva era" para el diálogo en las relaciones internacionales y subrayó que la victoria de Obama dará "un nuevo pulso" al multilateralismo en materia económica y en política exterior.
En consonancia con los husos horarios, la cascada de reacciones y felicitaciones a Obama comenzó en Extremo Oriente y terminó en Latinoamérica. Junto a las felicitaciones, algunos de sus principales dirigentes de América Latina pidieron al senador demócrata por Illinois que ponga fin al bloqueo de Cuba.
"Espero también que acabe el bloqueo a Cuba, que no tiene ninguna explicación humana", dijo el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, tras pedir a Obama que "tenga una relación más fuerte con América Latina, con Brasil y con África" para que los países más pobres puedan desarrollarse. A levantar el embargo a Cuba también le conminó el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien expresó su deseo de que EE.UU. "retire sus tropas de algunos países".
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, felicitó a Barak Obama y le planteó su convencimiento de que "ha llegado la hora de establecer nuevas relaciones entre nuestros países y con nuestra región, sobre la base de los principios del respeto a la soberanía, la igualdad y la cooperación verdadera", según una nota difundida este miércoles por el ministerio de Relaciones Exteriores.
Desde México, el presidente Felipe Calderón le invitó a visitar el país tras "reiterar el compromiso del Gobierno de México para fortalecer y profundizar las relaciones bilaterales.
El primer ministro japonés, Taro Aso, fue uno de los primeros en enunciar su esperanza de "trabajar juntos" para el bien de la alianza entre ambos países. En China, el presidente chino, Hu Jintao, y el primer ministro, Wen Jiabao, resaltaron la importancia de mantener el progreso en las relaciones bilaterales.